Números y corazón de un partido en reconstrucción
Aquel “no es no” a Sánchez, que el partido naranja repitió hasta la saciedad durante las pasadas elecciones ha quedado atrás. El renovado partido de Inés Arrimadas parece haber pasado página, me cuesta imaginar una foto renovada del “trío de Colón”, con la líder liberal junto a Santiago Abascal y Pablo Casado.
Ciudadanos se ha puesto manos a la obra, trabajando un nicho electoral que se ha vuelto a quedar huérfano, votantes que reclaman un centro constructivo, con sentido de Estado y de responsabilidad.
¿Qué ha pasado para que el partido retome esta senda centrista? El coronavirus, ¡cómo no! Es un momento histórico que quedará grabado a fuego en nuestras mentes, esto tendrá efectos electorales… tiempo al tiempo.
Especialmente, entre los votantes de Ciudadanos, un público que, como bien conocen los lectores de este medio, eligen su voto en función de su utilidad. Un votante que no le importa castigar a su partido si cree que lo merece, emigrar a otra formación o quedarse en la abstención. Esta última opción, fue la elegida por casi un millón de antiguos votantes de Ciudadanos en las pasadas Elecciones Generales.
Como dice el sabio refranero español: cuando el río suena, agua lleva. No creo equivocarme en que este es un giro estratégico dirigido a recuperar posiciones.
Muy sonadas han sido las palabras de Francisco Egea, vicepresidente de la Junta de Castilla y León:
“Si seguimos perdiendo gente que una vez pensó votarnos quizás recuperemos gente que sí nos voto”
Un tuit que resume a la perfección esta nueva línea estratégica, Ciudadanos se aleja de la hostilidad que abanderan VOX y PP.
Durante el apoyo a la prórroga del estado de alama, el partido supo situarse en la agenda pública, con tan solo un puñado de diputados consiguió ser fundamental y no solamente eso, condicionó las medidas del Gobierno. ¡Eureka! Ciudadanos recobró aquello para lo que nació, ser un partido útil.
Mientras, el Partido Popular ha desdibujado su imagen. Un discurso de confrontación total con el Gobierno que no se traducía en un No, sino en una abstención que no acababa de encajar a nadie. Ciudadanos, recobró una coherencia que echábamos de menos en la política nacional.
Con el aprecio que se merece el tiempo del lector, le recomiendo ver esta intervención de la líder naranja. En menos de un minuto, con las emociones a flor de piel, Inés Arrimadas defendió así su postura.
En su última intervención, antes de ser madre, recalcó su posición crítica respecto a las acciones del Gobierno. También, que su partido no estaba salvando al ejecutivo de Sánchez con el apoyo a sus medidas, tan solo pretendía ayudar a salvar vidas.
Sin duda uno de los mejores discursos que hemos podido ver en esta legislatura, pero, ¿a quién llega este relato?
Según informes internos del partido, a los que Gala Political Center ha podido tener acceso, este relato centrista cala entre diferentes tipologías electorales, en las que Ciudadanos recaba votos tradicionalmente.
Nuevas Élites Liberales, un 6 % del electorado español; Jóvenes Aspirantes, 7 % del censo; Asalariado Debilitado, 3 % de los votantes o Élites Progresistas, un 5,5 % del electorado; son algunas de las tipologías que maneja el partido y en las que influyen este tipo de mensajes y representan más de 7 millones de votantes españoles.
Más allá de los números de esta nueva estrategia, Ciudadanos se está reencontrado con sí mismo. Un partido que nació para luchar contra el separatismo, una formación progresista y responsable.
Castigados con dureza en los anteriores comicios, ahora, deben ganar de nuevo la confianza del centro español y los habitantes de este hermoso país.
Rodrigo Panero, Consultor Político en GPC, grupo Padula&Partners.