El mundo se ha frenado y ni siquiera Groucho Marx se ha podido bajar de él. Así es la situación, la pandemia del coronavirus ha conseguido congelar a todo el globo. Las consecuencias de este parón son aún incalculables y el futuro que nos espera se aventura complicado e imprevisible.
Son muchos los escenarios que podremos encontrarnos cuando todos volvamos a salir de nuestras casas. Cada futurible que podamos dibujar puede cambiar en función del desarrollo de la enfermedad y de las medidas que los diferentes gobiernos vayan adoptando.
Muchos son los expertos que se han atrevido a dibujar este futuro. A lo largo de este artículo hemos recogido las teorías dominantes en el mundo académico y de la información.
Una lenta recuperación y aquí no ha pasado nada
Tras el fin de la urgencia vírica, podremos encontrarnos con una lenta vuelta a la normalidad. La aprobación, por parte del gobierno, de una nueva ampliación del Estado de Alarma hará que se mantenga esta situación hasta el próximo 18 de abril, como pronto. Después de esta fecha comenzará el debate para la restauración de la “normalidad” con ciertas limitaciones. Los últimos establecimientos y lugares en ser reabiertos serán aquellos en los que se agrupen un mayor número de personas sin posibilidad de mantener las distancias de seguridad, nos referimos a discotecas, bares, teatros… Queda tiempo hasta la siguiente caña, ¡seamos fuertes!
Durante esta Semana Santa las medidas contra la libre circulación serán extremas. Muchos de los establecimientos que hoy están clasificados como de primera necesidad, y se mantienen abiertos, podrán cerrar por las vacaciones. Tras el 18 de abril será momento de volver a abrir muchos negocios, aunque llevará semanas poder volver al gimnasio.
Poco a poco todos regresaremos a la normalidad cuando el nivel de contagio sea mínimo y con un poco de suerte habremos aprendido a toser en el brazo. Si me permite el lector, creo poco en esta teoría, sigamos viendo que otros escenarios nos pueden esperar.
Un mundo cerrado o un mundo más global
Cuando despertemos de esta pesadilla es posible que encontremos un mundo mucho mas aislado, con unas fronteras reforzadas. También, puede darse el camino contrario, con un poco de esperanza, las medidas solidarias que escasos países están tomando pueden calar hondo. Muchos hemos visto un rayo de esperanza en las medidas de cooperación. Si algo tiene esta pandemia es que ha afectado a todos los países y a todas las personas de formas muy parecidas, da igual en qué continente vivas o a qué clase social pertenezcas, el virus nos ha afectado a todos.
Un Planeta bajo una gran lupa
Si tenemos en cuenta medios extranjeros como el Financial Times, podemos encontrar artículos defendiendo que la pandemia se frenará mediante una monitorización de las personas. Sin duda, toman de ejemplo las medidas chinas para combatir el virus que nos recuerdan a los escándalos de Cambridge Analytics.
El gran riesgo de estas medidas puede ser que una vez superada la pandemia muchos gobiernos tengan la tentación de mantener una fuerte vigilancia para evitar una nueva crisis sanitaria. Un nuevo frente de disputa entre la privacidad de las personas y el “bien común”
Como este es un artículo de opinión me tomaré la licencia de descartar uno de estos escenarios: creo que el primero de los futuribles, en el que se nos olvidará a todos lo que ha pasado con el paso el tiempo, no sucederá.
El aprendizaje de esta tremenda crisis nos llevará a medidas globales, en las que los Estados deberán compartir información, medidas y solución. Por mucho que algunos dirigentes pongan pasaporte a este virus, hemos sido conscientes de que es una amenaza global que requiere soluciones globales.
Rodrigo Panero
Consultor Político Para Gala Political Center