Virus y Corona: los riesgos de un discurso en tiempos de crisis

Desde que comenzara la crisis económica y sanitaria del coronavirus, se esperaba la aparición de nuestro Rey. Se hizo de rogar y el pasado miércoles llegó. Tras la declaración del Estado de Alarma, el rey Felipe VI se dirigió a la nación.

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La cuenta atrás para el discurso real se activó con la comparecencia del presidente, Pedro Sánchez, horas antes en un Congreso de los Diputados semivacío, donde deshojó la margarita de medidas económicas y sanitarias para esta crisis.

Un movimiento prudente, de los que nos tiene acostumbrados el Rey Preparado. El monarca solo se pronunció tras conocer todas las medidas que el gobierno aplicará a la nación para detener la expansión del virus.

El momento histórico que vive el país obligaba la intervención del jefe del Estado. Debía transmitir fuerza, un mensaje claro de ánimo y solidaridad, pero… ¿Fue percibido así?

En estos días de colapso televisivo, muy pocas noticias consiguen hacerse con un espacio en el torrente informativo que ocupa el coronavirus. Sin embargo, hubo una que sí se hizo un tímido hueco: la noticia sobre la herencia millonaria que su padre, el Rey Juan Carlos I, ocultaba en paraísos fiscales y a la que su hijo se ha visto obligado a renunciar.

Ahora, querido lector, habrás confirmado las sospechas de por qué me pregunto cómo fue percibido este discurso. Mientras media España estaba pegada al televisor, siguiendo el discurso más popular dado por el Borbón; la otra mitad estaba en los balcones haciendo todo el ruido que podía como protesta por la, todavía supuesta, corrupción de la Casa Real.

Y es que a las 21:00 horas del mismo día, al mismo tiempo que el discurso del Rey, estaba convocada una cacerolada en los balcones de toda España. Desde Barcelona a La Coruña, pasando por Madrid y Cádiz, se escuchó la protesta.

Así, como si de un cuento de Disney se tratara, la España unida en la que vivíamos desde hacía varios días se desvaneció entre aquellos que defendían al monarca y los que protestaban bajo el hashtag de #CoronaCiao.

Esta España nuestra de garrote y división, que tantas veces nos recuerda Pérez-Reverte, se mostró en las opiniones de nuestros políticos. Mientras por un lado, los partidos de centro-derecha se mostraron unidos en bloque con Felipe VI, basta con recordar tuits como el de Pablo Casado:

pablo

Por el otro lado, los partidos de izquierda se mostraban claramente críticos con la corona. Es especialmente llamativa la posición de un partido como Podemos que se encuentran el Gobierno, aquí les dejo su tuit para que puedan forjar su opinión:

podemos

La casualidad, a la que nos tienen acostumbrados muchos medios, ha hecho que la noticia de la polémica herencia haya saltado en mitad de esta crisis mundial. Esto permitirá a la Casa Real respirar tranquila, aunque con mascarilla, los próximos meses. Ahora toca estar unidos, cumplir con nuestras responsabilidades y salir de esta depresión que quedará marcada en la historia. Como en todas las grandes crisis surgen grandes cambios y éste será un riesgo que los Borbones tendrán que gestionar.

Rodrigo Panero.

Consultor Político para Gala Political Center.

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