EL INDEPENDENTISMO DE CAPA CAÍDA : 18.000 MANIFESTANTES FRENTE A LOS 180.000 DE HACE UN AÑO
Aunque la situación no fuera la misma que la del pasado 1 de octubre de 2017, donde una enloquecida pléyade de políticos de ‘Mátrix’ se empeñó en convencer a parte de su pueblo de que había que sacar unas urnas a la calle, aunque fueran de cartón, para votar sobre un asunto sobre el que no tenían competencia alguna burlando además la legalidad, había ciertos nervios. Nervios entre la mayor parte de nuestra clase política, respetuosa con la Constitución y el Estado de Derecho y entre una abrumadora mayoría de españoles que no querían, bajo ningún concepto, volver a ver escenas bochornosas como las que todos recordamos, menos aún en una situación de interinidad y precariedad como la que vivimos, a pocas semanas de unas nuevas elecciones generales.
Tal y como esperábamos, sin embargo, la jornada de este segundo aniversario del ilegal referéndum, nos deja, eso sí, un montón de titulares, todos ellos del máximo interés.
Como se sabe, en los últimos días, la respuesta entre los constitucionalistas era dispar. Contra el independentismo, claro, pero transitando cada una de las formaciones mayoritarias por una vía diferente. De esta forma, habíamos podido escuchar a Pedro Sánchez durante el pasado fin de semana y ante la cúpula de su partido lanzar invectivas nada veladas contra los independentistas, advirtiéndoles de que se tentaran la ropa ante el poder legítimo del Estado frente a los que se empeñan en burlar la ley y poner al límite los mecanismos institucionales.
Los constitucionalistas unidos, ‘ma non troppo’
Ya el lunes, en vísperas de la ‘celebración, Sánchez recordaba que constitucionalmente es posible aplicar el artículo 155, a pesar de contar con un ejecutivo en funciones. Desde el PP, su líder, Pablo Casado, se centraba en una de las vertientes de ese 155: la intervención financiera. Pedía el presidente nacional de los populares al Gobierno que interviniera las cuentas de la Generalitat. Una propuesta interesante si se tiene en cuenta que la asfixia financiera -más que la acción directa a través de las Fuerzas de Seguridad- se ha demostrado como un arma coercitiva mucho más eficaz contra los secesionistas.
Censura contra Torra; ¿brindis al sol? ¿medida necesaria?
Pero sin duda, la iniciativa que a mi entender más debate generará será la presentación de una moción de censura contra Quim Torra por parte del grupo parlamentario de Ciudadanos en el parlament. Una moción que, por supuesto, es solo testimonial puesto que solo va a contar con los apoyos del PP, insuficientes matemáticamente. La CUP, como era lógico suponer, y los ‘comunes’, votarán en contra.
Mientras tanto, el PSC -esta es una de las grandes sorpresas de la jornada- anunciaba su abstención. ¿Estrategia electoral de cara al 10-N y a las consiguientes autonómicas catalanas que vendrán sin duda tras la sentencia del ‘procés’? ¿Nueva muestra de la tradicional indefinición, que algunos califican de ambigüedad entre unos y otros? No lo tengo claro, aunque me parecen algo excesivas las diatribas de quienes manifiestan que esta postura viene a dar oxígeno a un ‘próces’ y a unos responsables autonómicos cada vez más de capa caída y mermados de credibilidad. Estén muy atentos en cualquier caso en los próximos días a ese veterano e inteligente halcón de la política -mano de seda siempre en guante de hierro- Miquel Iceta porque seguro que guarda algún as en la manga.
‘Low profile’
Por lo demás, las soflamas habituales, aunque mucho menos incendiarias que hace dos años. Con un Quim Torra ‘low profile’, a pesar de que varios medios han señalado que conocía al menos parte de los planes de los CDR para violar el Parlament, y un Puigdemont que, algo más gordo de lo que lo recordábamos (se ve que en Waterloo no se pasa tan mal), se hartaba de repetir algo parecido al infantil ‘Pío, pío, que yo no he sido’, saliendo al paso también de las informaciones que vinculaban a su propia hermana como presunto enlace con elementos de los CDR. Bueno, he sido ‘suave’ con lo de ‘algunos medios’. En realidad, dos de los detenidos en las últimas operaciones policiales han confesado ya que, aunque no llegaron a verse -eso dicen- con el president Torra, les consta que este estaba enterado de sus planes, que a los ojos de la mayoría podrían calificarse -respetemos a la justicia y digamos presuntamente- de puramente terroristas. En palabras del fiscal Carballo, de Audiencia Nacional y el juez García Castellón, ‘los detenidos forman parte de una estructura jerarquizada que pretende instaurar la república catalana (sic) por cualquier método.
Es evidente que el llamado ‘próces’ está ya, hace tiempo, de capa caída. Que su fracaso -y la frustración que ha generado en más de dos millones de catalanes que se sienten, en su mayor parte, engañados- va a pasar una factura carísima a estos antilíderes, ‘aprendices de brujo’ que solo por el afán de medro personal -y de lucro en muchos casos- han llevado a todo un cuerpo ciudadano muy cerca del despeñadero, político y social. La gente, los catalanes y por tanto españoles ‘de infantería’, lo que quieren es lo mismo que todos los demás; vivir en paz, tener trabajo, poder llevar un salario justo a sus casas que les permita llevar una vida digna, comer y pagar los colegios de sus hijos. Todo lo que sea romper la armonía y la convivencia social, crispando y dividiendo a las familias, grupos de amigos, colectivos laborales, más cuando viene de la mano e quienes deberían garantizar la armonía y la convivencia en paz, está de sobra en esta España que, suficientes retos de futuro tiene ya, como para preocuparse de aventuras absurdas y fantasmales inoculadas a fuego en las mentes de muchos votantes de buena fe solo en el propio beneficio de unos responsables políticos a quienes su pueblo no les importa ni lo más mínimo.