LAS 370 MEDIDAS DE SÁNCHEZ…¿INSUFICIENTES PARA CONQUISTAR A PODEMOS?

LAS 370 MEDIDAS DE SANCHEZ… ¿INSUFICIENTES PARA CONQUISTAR A PODEMOS?

Tras muchos y rimbombantes anuncios, en la mañana del martes, 3 de septiembre, el presidente del Gobierno en funciones, arropado por la plana mayor de su partido, hacía la presentación oficial de un ambicioso plan con 370 medidas programáticas con las que se pretende ‘conquistar’ a Unidas Podemos -principalmente a su líder- para que varíe su intención de no apoyar la investidura de Sánchez. 

Tengo para mí que tras escucharlas, su enunciación habrá supuesto una nueva decepción entre los dirigentes morados, en particular, porque se seguirán sin duda sintiendo ninguneados. Pero no solo entre ellos únicamente; también entre los votantes de izquierdas, que habrán percibido con razón que, con tan pacatos ofrecimientos, se esfuma cada vez más la posibilidad de un gobierno progresista para España. Tal vez, cómo no, se habrá extendido un cierto pesimismo entre la mayoría de los españoles en general, que ven cada vez más cerca una nueva convocatoria a las urnas el próximo 10 de noviembre. Solo un ‘milagro laico’, en forma de acuerdo, podría evitar esta circunstancia.

 

Sánchez, igual que en julio.

Por simplificar, y no hacer el proceso más pesado a los sufridos ciudadanos, a los que supongo hartos de este continuo ‘mareo de la perdiz’, el presidente en funciones ha comenzado por dedicar buena parte del inicio de su intervención a justificar su actual posición frente a la que él considera como cerrazón y egoísmo de todos los demás.

Yerra, en mi opinión, Pedro Sánchez en al menos, dos planteamientos;

Es inútil tratar de confundir a los ciudadanos insistiendo en que las ‘fuerzas conservadoras’, como él las llama, han unido sus votos a los de los partidos independentistas, tratando de dar a entender que son lo mismo. Un Sánchez que va a necesitar sí o sí el apoyo de algunos diputados de ERC y que ha consentido que el PSN se apoye en Bildu para conseguir un gobierno de progreso capitaneado por María Chivite, no parece no tener gran legitimidad para utilizar esta ‘treta’ preelectoral.

Sánchez persiste además en no moverse ni un milímetro de su posición inicial, que hasta ahora se ha revelado como ineficaz; es el más votado y por tanto el único con derecho a dictar sus propias reglas a los demás. Ni el PP, como es natural, ni Ciudadanos, con su cerrazón inamovible y su ‘No es no’, ni Unidas Podemos, van a variar sus posiciones para darle una luz verde a cambio de nada… solo por el hecho de ser el más votado.

Pedro Sánchez ha tratado de escenificar que hace un esfuerzo ostensible a la hora de anunciar un puñado de medidas progresistas: limitación del precio de los alquileres, prohibición de cortes de agua y luz a personas que sufran una especial situación de pobreza extrema, tratar de limitar el precio de los alquileres (¿cómo lo hará sin intervenir en el mercado?, y otras muchas con las que pretende atraer a Iglesias al redil de la cordura que, para él, no es otro que votar afirmativamente en una incierta segunda investidura.

Aparentar moverse… para permanecer en el mismo sitio.

Tengo para mí que, si el presidente pretende acabar convenciendo con este paquete de anuncios a Podemos, mientras no deja de zaherirles al insistir en que ‘unieron sus votos a los de la derecha para cerrarle el paso’, Sánchez debe cambiar de asesores o reconocer, de una vez, que de lo que va este teatro es de ‘marear la perdiz’ y perder tiempo, como en el fútbol, hasta una forzada disolución de las cámaras el próximo 23 de septiembre. 

Es pueril el argumento de que ‘si pudo funcionar la colaboración con Podemos después de la moción, con más motivo debía funcionar ahora’. Se olvida el líder del PSOE de que el escenario ha variado de manera radical; no es el mismo que era cuando, en mayo del pasado año, se expulsó a Mariano Rajoy del poder y ni siquiera es ya (para Podemos) similar al de julio de este año; hace dos meses, los socialistas ofrecían Ministerios…ahora, no ofrecen nada… solo exhiben su ‘fuerza’ parlamentaria y recuerdan que triplican a los morados en escaños.

Tal vez por todo esto, al final de su intervención, Sánchez comenzó a hablar de ‘vías intermedias’… y ofreció cargos relevantes -sin concretar- de la Administración a los de Podemos, porque según el líder socialista, no solo desde los Ministerios se gobierna. ‘Poca chicha’ para los de Iglesias, Montero y Echenique.

Por si fuera escaso el ofrecimiento, Sánchez ha tenido sus momentos de cargar contra los morados: ‘Frente a las coincidencias’, argumentaba el presidente en funciones, ‘tenemos fuertes divergencias’, referidas a cuestiones de Estado que se van a dirimir en las próximas semanas (elegante perífrasis para evitar llamar a las cosas por su nombre; Crisis secesionista en Cataluña con la sentencia del Supremo y la Diada de fondo). Tal vez intentaba de esta forma Sánchez no enfadar a sus necesarios socios de ERC, y por ende desde el PNV, ya que con Podemos aún le faltarían 16 escaños para la mayoría absoluta, como se sabe.

O yo, o el caos…

‘Si no puedo actuar con eficacia… no merece la pena intentarlo’, dejaba caer el presidente en funciones ya en el último cuarto de su intervención, tal vez como velada amenaza y como rejón a todos los que se oponen a que cuanto antes se constituya un gobierno con plenos poderes, ante los nubarrones que anuncian las malas previsiones económicas (horas antes se conocían unos nefastos datos de paro), el parón de las Comunidades, que no pueden actualizar sus Presupuestos, y sobre todo la amenaza secesionista que, como he dicho, se recrudecerá a lo largo de este mes de septiembre.

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