LA DECISIÓN DE PABLO IGLESIAS…¿Y AHORA QUÉ?
Cuando todo parecía atascado y sin salida en esta infumable e interminable negociación de pactos y acuerdos postelectorales con la que nos han castigado los líderes políticos desde la noche del 28 de abril, cuando todo parecía abocado a una repetición en noviembre de la consulta electoral que, si llegara a producirse, será uno de los mayores bochornos democráticos de la historia de España, con unos españoles hartos de la ineptitud de sus políticos, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se ha sacado un conejo de la chistera que ha reventado el tablero.
‘Me echo a un lado’
Con un comunicado y un tuit que ya ha leído toda España, el secretario general de Podemos ha anunciado en la tarde del viernes 19 de julio que, si él es el problema, se quita de en medio. Ya no quiere ser vicepresidente ni ministro, aunque sí exige que en el próximo Ejecutivo debe haber los miembros de Podemos que proporcionalmente correspondan a su número de escaños. El órdago, está servido.
Ya Adriana Lastra había anunciado, siguiendo la tesis marcada por su líder, que el problema se circunscribía a Iglesias; nada que objetar en cambio, según la número dos del PSOE, a Montero, Echenique o Mayoral.
Tomando esta decisión, Iglesias consigue quedar como un ‘martir’, que acepta echarse a un lado si es que él es el problema para no impedir un gobierno progresista y de izquierdas en España. El líder de Podemos, claramente, no quiere repetir el error cometido en 2016 de oponerse al ‘Pacto del Abrazo’ entre el PSOE y Ciudadanos dando paso a Rajoy una legislatura más. Un fallo que le costó muy caro electoralmente.
Deshace además Iglesias las andanadas ‘a cara de perro’ que desde el pasado lunes había ya comenzado a disparar, sin reparo alguno, el presidente en funciones. Sánchez, utilizando inteligentemente el mayor hándicap del líder morado (la soberbia) había hecho calar la idea de que el cesarismo de este y su afán -prepotentemente infantil- de ser ministro a toda costa, eran un escollo insalvable; Pablo es tan egoísta, daba a entender Sánchez, que se fastidia en cuatro años posibles y deseados (para la izquierda) de una legislatura del progreso… solo porque él ‘no pilla’.
La consulta a las bases ‘podemitas’, una de las claves
Pablo Iglesias cometió por su parte un grave error convocando una consulta a el viernes por la mañana a las bases de la que no informó al jefe del Ejecutivo en su última conversación de la tarde del jueves. Esa fue la mayor sima de todas las que se han ido abriendo en estos casi tres meses entre los dos partidos. Los socialistas consideraron, y con razón, la consulta como un gesto de hostilidad.
Cierto es que desde otro punto de vista era un elemento de presión frente a un líder socialista que ha despreciado sistemáticamente el ansia de Iglesias de introducir miembros de Podemos en un auténtico gobierno de coalición y que se ha permitido ‘sobradas’ como anunciar en TVE que iba a llamar al líder de Podemos antes de hacerle llegar el mensaje al propio interesado.
Deprisa, deprisa…
Pero los ‘tempos’ se han echado encima; no parece que dé tiempo a abrir una negociación seria y programática en tan escasas horas. Y según los estatutos del PSOE, si hay acuerdo, los de Ferraz deben consultar a sus bases. Y el Debate de Investidura arranca en menos de 72 horas después del anuncio de Iglesias. Aunque no parecería serio que un rígido corsé de orden interno del partido más interesado en que haya gobierno (el PSOE) sea un obstáculo al final si esta posibilidad cuaja.
Me queda por añadir que entre el PSOE y Podemos reúnen solo 165 escaños; y que hacen falta 176. ¿De dónde vendrán los 11 restantes? PNV y el cántabro parecen claros… ERC está dispuesta a ceder.
Una última cuestión; a la luz de lo que está ocurriendo en los últimos minutos de este bochornoso partido, resultan si cabe más patéticas todas las diatribas contra Albert Rivera para forzar su abstención y dar el pase a Sánchez.
Estaremos atentos a la pantalla… ¡este fin de semana será de infarto!