¡TODO A PUNTO PARA QUE DÉ COMIENZO LA XIII LEGISLATURA!
La semana que acabamos de dejar atrás ha sido muy importante, no solo por ser la previa a la constitución de las Cámaras, que tiene lugar mañana 21 de mayo, sino porque en ella se han negociado ya los órganos de dirección de las dos asambleas legislativas y se han hecho los primeros movimientos que nos permiten intuir por dónde irá la estrategia de Gobierno de Pedro Sánchez: no dependerá, ni de Podemos ni de los independentistas. Y se manejará con ese concepto, tan útil en política, que se bautizó como ‘geometría variable’, ya en tiempos de Rodríguez Zapatero. Acuerdos puntuales en función de los asuntos concretos pero total autonomía de una acción de gobierno que, no me cabe duda, será acometida en solitario. Si Sánchez fue capaz de resistir casi un año con 84 parlamentarios, con 123, me temo que sus adversarios tendrán que acostumbrarse a la oposición durante toda la legislatura.
Unidas Podemos será un grupo importante… pero estará en donde quiera el presidente.
Los pasados jueves y viernes fueron las dos primeras jornadas ‘clave’, de las muchas que tendrá esta XIII Legislatura, a punto de nacer. En ellas, la mayoría socialista cerraba un acuerdo con Unidas Podemos para repartirse con ellos la mayoría, el dominio, de los puestos de la Mesa del Congreso de los Diputados. A pesar de las dudas o las posibles jugadas que se barajaron a priori, al final no hubo sorpresas y el PSOE se reservó la Presidencia de la Cámara Baja. Un cargo, nada menos que la tercera autoridad del Estado según el protocolo, que recaerá en la hasta ahora ministra catalana Meritxell Batet. Todo un guiño a esta comunidad que evidencia cuál va a ser la principal prioridad del nuevo Gobierno de España que conoceremos en las próximas semanas. Los socialistas ocuparán otros dos puestos más; una vicepresidencia y una secretaría. A Podemos se le otorga un trato de cierta preeminencia: la vicepresidencia primera, que ostentará Gloria Elizo y la secretaría primera. Es un innegable trato de favor, por cuanto los morados han sido… ¡la cuarta fuerza política!, por detrás de Ciudadanos, y por más que ellos hubieran soñado con que les fuera cedida la mismísima Presidencia. Pedro Sánchez les distingue de una forma especial, sí… pero les coloca, exactamente, donde quiere tenerlos.
Los otros cuatro miembros del órgano rector de la Cámara Baja serán para el PP y para Ciudadanos, dos para cada formación. Ni más ni menos que lo que les corresponde. Fuera quedan, otro gesto de un presidente al que gusta mucho ‘hablar’ y emitir ‘señales’ a través de sus decisiones o diseños estratégicos de la nueva situación, tanto Vox como los independentistas de ERC. Los mismos que han bloqueado el acceso a la presidencia del Senado de otro socialista catalán, Miquel Iceta, al oponerse con su mayoría en el Parlament de Catalunya a su designación como senador autonómico, una vez formalizada la renuncia de José Montilla. Algo inédito en nuestros últimos 42 años de Reinstauración democrática, entendidos desde el 15 de junio de 1977.
¿Los independentistas?… a lo suyo. Nada fiables
¿Una deslealtad por parte de ERC? Sin duda. ¿Un gesto pactado, como sugieren las derechas? No parece. Tan es así que basta con ver y escuchar cómo echaban las muelas los socialistas el pasado viernes cuando se consumó el desaire de los republicanos al líder del PSC y al propio presidente del Ejecutivo, que fue quien decidió que el mejor perfil para presidir la Cámara Alta era precisamente el de Iceta, catalán, con ‘seny’ probado y demonizado por igual por los independentistas -claro, no es de los suyos- y por los elementos más conservadores del PP, de Vox ya ni hablamos, por considerarle poco menos que un ‘peligroso secesionista’.
Cierto es que Pedro Sánchez se había pasado un poco ‘de frenada’ en opinión de algunos analistas al adelantarse a avanzar el nombre de Miquel Iceta, antes incluso de que la negociación para la composición de los órganos de dirección del Congreso y del Senado estuviera encarrilada y culminada. No en vano, ateniéndose a la letra de la ley, corresponde a los senadores votar, en un proceso similar al que acabo de describir para el Congreso, el nombre de su presidente… no al jefe del Ejecutivo.
Pero es indudable que Sánchez tiene suerte, ‘baraka’, que dicen los árabes. Como han señalado algunos, incluso cuando las cosas le salen mal, acaban saliéndole bien. Tras el cabreo inicial por la posición de bloqueo de ERC, todo el mundo es consciente de lo bien que le viene, de cara a la próxima cita electoral del día 26, seguir abundando en la tesis de que tanto las derechas como los secesionistas están contra el Gobierno y contra el PSOE. Y que si alguien aún sospecha -que muchos quedan- que los socialistas están plegados. judicial y políticamente al capricho de unos tipos que quieren transgredir la Constitución y romper España, está completamente equivocado. Los barones socialistas agradecerán por tanto este curioso giro de los acontecimientos que ha dejado a Iceta fuera de juego y ha elevado a otro prestigioso socialista catalán, Manuel Cruz, a la Presidencia de la Cámara Alta.
Cierto es que, la foto que toda España espera es la de ver qué hace ERC el día de la Investidura de Pedro Sánchez. El PSOE no ha dejado en ningún momento de mantener abierta una vía, por hablar en términos médicos, con Ciudadanos de cara a una posible abstención de los naranjas… algo que, siempre repito, podría ser deseable para el país, pero que considero escasamente probable. De momento, el escenario de que los 4 diputados presos de ERC puedan recoger su acta, pero no participar -ni delegar su voto- en la Sesión de Investidura,
Rebaja matemáticamente la mayoría absoluta que el presidente precisa, de 176 escaños a tan solo 174. A los secesionistas les ocurrirá así lo que más temen: convertirse en irrelevantes.