EL PACTO ANDALUZ: POSTUREO Y POSIBILISMO FINAL. CON ALGUNOS TRIUNFADORES… Y OTROS NO TANTO…
Al final, los montes parieron un ratón, decía el clásico aforismo. Tantos nervios, amagos de ruptura, y muchas reuniones cruzadas a tres bandas, para un resultado final más que previsible. Con un gran triunfador: un PP y un Juanma Moreno Bonilla que, desde el principio, sabría que tendría que sentarse con Vox, con más o menos agrado, para no desperdiciar una oportunidad histórica, en opinión de parte de su cuerpo electoral, pero arrostrando a la vez las críticas de que no todo vale en política de otra parte de sus votantes, menos cercanos a esta pujante extrema derecha, temerosos de que este acuerdo pueda pasarles factura en el futuro. Valgan estos primeros apuntes de urgencia para valorar algunos ‘pros’ y ciertos ‘contras’ que deberán anotarse en el ‘debe’ y en el haber’ de cada una de las tres formaciones que sostendrán el cambio andaluz.
El PP consigue su objetivo. Juanma Moreno, el gran triunfador.
El PP ha enfatizado que el resultado final ha sido el apetecido gracias al sentido común de los tres partidos que ha sido bueno para conseguir un acuerdo que beneficie a los andaluces. Un acuerdo, venderán, y harán bien, que mejorará la vida de los andaluces. Recuerda García-Egea que el documento de Vox era tan cojo que en él no aparecía siquiera la máxima prioridad en aquella comunidad, cual es la creación de empleo de calidad. Proyectando los resultados al resto del territorio nacional, el PP podrá empezar a ‘vender’ que tras este pacto queda claro que esta formación es la llamada, de forma natural, a liderar en el futuro inmediato el magma, ya atomizado, del centro derecha español. Debo anotar en este punto que algunas figuras relevantes del PP, como Ana Pastor o Alfonso Alonso, se han posicionado ya de forma muy crítica. Este último declarando que a los dirigentes de Vox les falta un hervor y la primera exigiendo que no se utilice a la mujer como moneda de cambio. Bien está, pero no creo que sean muy significativos para eclipsar el éxito de su propia formación, en general, y de Juanma Moreno Bonilla, en particular. Un Bonilla que horas antes de conocerse los resultados definitivos, la propia noche del 2 de diciembre, podía sentir cierto vértigo porque si las cosas no resultaban como fueron al final, podría perfectamente haber sido desterrado a las ‘tinieblas exteriores’ de su propio partido y ahora es la gran estrella, el gran triunfador. El hombre que, con ‘solo’ 26 escaños propios, gobernará la Junta de Andalucía. Toda una pica en Flandes para la derecha española. Javier Arenas lo intentó varias veces, la última en 2012 y ganó las elecciones con 50 parlamentarios… pero no gobernó. Ciudadanos prefirió alinearse con Susana Díaz.
Vox: van a lo suyo. ¿Ceden? Solo lo parece…
Vox no ha perdido. Tenían claro desde el principio que no iban a quedar como el obstáculo del cambio en Andalucía, y así ha sido. Y aunque algunos piensen que han tenido que renunciar a sus líneas rojas acerca de la Ley de Violencia de Género o sus ataques al colectivo LGTBi, añadiendo que finalmente no han conseguido su ansiada foto a tres. Pero nada de esto es tan importante para sus votantes como el hecho de que tienen, o esa sensación da, la sartén fuertemente asida por el mango. Y que el PP y Ciudadanos no podrán dar un paso muy lejos sin su anuencia. De sobra sabían ellos que la mayoría de esos 19 puntos eran una gran farsa y anticonstitucionales; pero en toda negociación, la regla de oro es partir de máximos para luego rebajar paulatinamente las aspiraciones y salirse con buena parte de ‘la suya’. Serán lo que sean, pero no idiotas.
Ciudadanos: los más ‘dañados’
El líder de Ciudadanos, Juan Marín, ese hombre ‘sin carisma’, será nada menos que vicepresidente… a pesar de su campaña electoral llena de difíciles equilibrios y de un papel en estas semanas de negociaciones que a veces ha llegado a bordear el ridículo, con ‘fotos de estación’ incluidas junto a representantes de un partido al que se han hartado de calificar como populista y chavista (me refiero, claro está, a Podemos y a su marca andaluza, ‘Adelante Andalucía’). Unas diletancias y un ‘caracoleo’ cortoplacista, en mi opinión, que no le servirán para evitar las críticas que le llueven ya desde la izquierda por haber sido ‘copartícipes’ del ‘blanqueamiento’ de los fascistas. Aunque hayan conseguido evitar la temida ‘foto a tres’. Y algo aún peor para Ciudadanos; se les complica la vida de cara a los comicios europeos -y de paso autonómicos y municipales- de mayo. Buena parte de sus votantes, provenientes del centro derecha del PP, se han disgustado notablemente en estos últimos días ante el temor inicial, por las pegas ‘naranjas’ a la negociación con Vox, de que la expulsión fulminante de Susana Díaz pudiera llegar a frustrarse. Y de Europa, ¡qué decir! En el grupo ALDE, el de los liberales del Europarlamento, no ha gustado nada el alineamiento final en el ‘contubernio’ con Vox. Menos aún le ha gustado a Macron, con el que las posibilidades de confluir en una misma candidatura en esos comicios se esfuman. Ya veremos como lidian los de Rivera con todo este complicado puzle. De momento, la única voz fuerte, segura y rotunda, que se ha escuchado con claridad desde dentro de la formación, contraria a este acuerdo, ha sido la de Manuel Valls, expresidente de Francia y candidato a la alcaldía de Barcelona. ¿Una amenaza en el futuro para Albert Rivera? Veremos. En las actuales circunstancias, no parece probable… pero en política, la realidad supera ya con creces cualquier ficción, y no deja de sorprendernos cada día.