LA BANCA SIEMPRE GANA (La justicia hipotecada y encarcelada)

Sentado en una mesa de un maravilloso mesón en Navacerrada recibo con vergüenza la noticia de la decisión del Supremo que sentencia que los impuestos de las hipotecas tendrán que seguir pagándolas los clientes. A mi alrededor se hace el silencio y se grita al escándalo……¡Os aseguro que en este caso mi cliente banco no es pero muy conservador si!

España siempre ha sido, históricamente, un país fuertemente bancarizado. Uno de los más bancarizados del mundo. Hasta en las aldeas más pequeñas había una o dos sucursales.  Funcionaba la confianza. El ‘bancario’, era un conocido ‘de toda la vida’: él te vendía los productos, gestionaba tu dinero… y sus vecinos tenían en él una fe ciega. Casi como la depositada en el médico: ¿Cómo nos va a engañar el hijo de fulanito?

La crisis que todo lo destrozó

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Este equilibrio funcionó hasta que sobrevino la terrible crisis de 2008. Con su estallido, todo se vino abajo.

Se cerró el grifo del crédito. Comenzó a atisbarse la época del ‘dinero gratis’, a coste cero, que había sido inaugurada en 2000 por el presidente de la FED, Alan Greenspan, con sus sucesivas bajadas de tipos. Hasta entonces, cualquiera podía obtener un crédito hasta por teléfono y sin solicitarlo. Justamente en el momento en que más liquodez necesitaban los ciudadanos, porque el paro se disparó y miles de pequeños negocios cerrsron, los bancos se ‘secaron’. Primero se dejaron de prestar entre ellos; después dejaron de hacerlo al público.

La bola de nieve creció y devino la gran debacle. Algunas entidades necesitaron de enormes ayudas públicas para subsistir o quebraron y cerraron: en USA (Lehman) en UK (Lloyd’s) en Italia… y en España (sobre todo las Cajas y su garbanzo negro: Bankia)

Fue necesario un gran rescate para salvar a la banca con dinero público (se justificó porque ‘era imprescindible para salvar a los pequeños ahorradores’ ) En nuestro país se destinaron 40.000 millones. Por ello, no es técnicamente correcto al cien por cien decir que España no fue rescatada del todo.

El prestigio de la banca y del ‘Sistema’ estaban ya heridos de muerte. Los escándalos empezaron a salir a la luz. La gran ‘INTOCABLE’, la banca… dejó de serlo.

Los escándalos afloraron… y lo hicieron en tres direcciones:

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Productos vendidos como ‘chollos’ o ‘prometedoras inversiones’ que devinieron en estafas: SWAPS, Fondos Estructurados, hipotecas multidivisas.. ¡y PREFERENTES! Cada producto merecería una larga y detallada explicación que excede el ámbito de este artículo.

Las tristemente famosas preferentes, por ejemplo, se vendieron como un rentable producto de ahorro a personas de clase media o media baja, cuando de lo que en realidad se trataba era de un complejísimo producto de inversión que ni los ‘bancarios’ entendían. Hubo ancianos, analfabetos en zonas rurales de Galicia o Andalucía , que enterraron en ello sus ahorros de toda la vida y a los que se llegó a permitir firmar con el dedo. Una estafa de manual.

En segundo lugar, se produjeron salidas a bolsa ruinosas: el caso más paradigmático fue el de BANKIA. Los inversores desde entonces no han parado de ver como su precio se DESPLOMABA en los últimos años.

Hubo, en tercer lugar, escándalos ‘menores’ como el de las tarjetas ‘BLACK’, con reciente condena judicial, que terminaron de hundir el prestigio de algunos bancos y cajas.

En los últimos años, espoleados por bufetes que se han hecho de oro con estos pleitos, cientos de miles de pequeños ahorradores han perdido el miedo y han comenzado a inundar los juzgados con millones de denuncias y reclamaciones. El 99% de ellas… ¡Ganadas! Cómo estaría de clara la situación que, desde casi el primer día, los bancos ofrecían arbitrajes amistosos para no colapsar sus departamentos jurídicos y litigar.

15-13: último asalto… de momento

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Con este último episodio judicial, el Tribunal Supremo ponía en un aprieto impredecible a la gran banca. Se le ponía la miel en la boca a MILLONES de CLIENTES… ¡CUALQUIERA QUE HUBIERA PEDIDO UN CRÉDITO HIPOTECARIO EN ESPAÑA en los últimos años!… Cualquiera podía reclamar un impuesto, el de ACTOS JURÍDICOS DOCUMENTADOS, que debió haber sido devengado por HACIENDA a la banca, no al cliente final. El potencial ‘destrozo’ hubiera sido de incalculables proporciones, en términos económicos. Por no hablar del previsible caos administrativo y judicial que se produciría de manera inminente.

Ha sido tal el pánico, bancario y judicial, que la Sala Tercera de lo Contencioso del Supremo, en una decisión que yo califico como una cacicada sin precedentes… ¡HA MANDADO Parar! El escándalo no ha hecho más que empezar.

La división ha sido brutal. Quince magistrados contra trece han sentenciado que tres fallos favorables a clientes no hacen jurisprudencia. El PP ha dicho ya que hay que respetar las decisiones judiciales. Podemos ha anunciado movilizaciones. El Gobierno de Sánchez, deberá mojarse. Y yo, de momento, no puedo más que decir que en este loco mundo, es mal negocio ser pobre o asalariado. EL ESCÁNDALO es mayúsculo, el Tribunal Supremo queda tocado y desprestigiado. Europa seguirá mirando a España con recelo en relación al funcionamiento de la justicia. Todo esto en víspera del juicio para los políticos presos independentistas.

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