JULEN LOPETEGUI: EL ENTRENADOR QUE EN 138 DÍAS LO HA PERDIDO TODO

JULEN LOPETEGUI: el entrenador que en 138 días lo ha perdido todo.

Es difícil encontrar en el mundo del fútbol una historia como la vivida en los últimos meses por el ya ex entrenador del Real Madrid, Julen Lopetegui. En 138 días ha pasado de tenerlo todo, y de llorar de emoción y felicidad… a perderlo todo.

Su historia es la de un tremendo fracaso, en el cual todos los protagonistas han perdido y han salido derrotados y hundidos: el entrenador -que ya no lo es- el Real Madrid y la Selección Nacional Española.

Vaya por delante -y esto me granjeará algún que otro enemigo, aunque tal vez también más simpatías- que siempre he defendido que un alto directivo de cualquier empresa -y un club de fútbol lo es- debe cobrar lo que tenga que cobrar… si este es bueno, como es natural. En mi ya larga vida dedicada al liderazgo he visto de todo… a muchos que lo merecían y algunos otros que no. Pero esa es otra historia.

Una indemnización disparatada.

Hago este largo y extraño introito para ir al asunto de hoy, que no es otro que el despido de Julen Lopetegui y la faraónica y desproporcionada cantidad que podría percibir como finiquito por cuatro meses de trabajo… ¡18 millones de euros!  No voy a irme por las ramas; me parece un auténtico disparate. Y créanme que estoy acostumbrado a ver contratos millonarios. Pero esto rebasa todos límites éticos y estéticos.

No soy un experto en la ciencia del balón redondo, aunque nunca he ocultado mi pasión por el deporte en general y por el Inter de Milán en particular, pero hay cosas que se ven, aunque se haga de noche. ¿Qué ha hecho por el Real Madrid Julen Lopetegui? No me gusta hacer leña del árbol caído y por tanto solo daré un dato: de los últimos quince puntos posibles… ¡solo ha obtenido uno! La última derrota, 5-1 en el Nou Camp frente al Barcelona, fue especialmente humillante. El Madrid es, en este momento, el noveno de la tabla liguera y muestra un juego impropio e indigno del equipo mejor del mundo.

Su gestión de la crisis además ha sido, sencillamente, nefasta. Julen Lopetegui no puede pasarse tres o cuatro partidos, derrota tras derrota, justificando el pésimo momento del combinado blanco y su mal juego ofreciendo como única explicación que: ‘el único problema es que no llega el gol; que la pelota no entra… ya entrará’. Pues es que eso, en este juego, es lo más importante. Resulta que el fútbol va de que entre el balón.

Es impresentable que un técnico de primera, con semejantes individualidades -nada menos que 8 candidatos al balón de oro, según rezaba la nota oficial del club- no haya podido sacarles partido, nunca mejor dicho.

La nota por lo demás destila un cierto ‘mal rollito’, perdón por ponerme ‘cheli’. No es corriente que a un entrenador se le muestre la puerta de una forma tan poco… ‘polite’. Esto tiene, como todo en la vida, un protocolo. Ya saben, el agradecimiento de los servicios prestados y demás. El club respira por la herida y en este caso hace bien. Me consta que los servicios jurídicos del club de Concha Espina estudian con lupa el contrato rescindido del vasco. Se lo haré fácil: 6 millones por tres temporadas: 18 millones. Pero claro, solo ha estado una y no completa. 

Vamos que, con la tercera parte de lo que se va a llevar, iba que chutaba. Los abogados de Lopetegui se agarran, lógicamente, a que es un despido, no una rescisión.

Ni los jugadores le han acompañado.

Otro aspecto, no menor, es el vacío hecho por la plantilla. Tengo aún frescas en la cabeza las palabras de Isco, hace unos días, asegurando que si echaban a Lopetegui tendrían que irse todos. Pues ni uno solo ha salido a defender a su ya exMíster. Ni el malagueño, ni el capitán Ramos, ni Marcelo… ¿no fue Marcelo quien dijo que estaban con su técnico a muerte? En fin, ‘sic transit gloria mundi’. Solo Mariano, que le debe su vuelta, se ha pronunciado en una red social.

Qué duda cabe que las personas en la vida, y los líderes no son una excepción, deben contar con la suerte de su lado.

Grandes profesionales han fracasado por no llegar en el momento ni tener a su disposición el equipo adecuado.

Y al revés; ejecutivos muy ‘medianitos’ han triunfado porque justo estaban en el lugar adecuado… cuando quien tenía que hacerlo estaba ‘mirando’. 

Pero en el caso de Julen Lopetegui, creo que su actitud ha dejado bastante que desear. Me ha parecido, por decirlo finamente, un aprovechado.

Ya sabemos que el deporte tiene sus especificidades. El fútbol de élite, más. Y un entrenador ha de manejar a un grupo muy numeroso de profesionales con tres problemas primordiales: son poseedores de un ego desmedido, son demasiado jóvenes para saber gestionarlo, así como su estrellato, y por si fuera poco, son multimillonarios. No están acostumbrados a que nadie les ‘tosa’.

Ello complica extraordinariamente la labor de un técnico, de un entrenador. Pero claro, por eso ganan lo que ganan.

El caso de Julen Lopetegui es algo… ‘especial’. Florentino Pérez le ‘pescó’ a pocos días del mundial. Es sabido que no era su primera opción, ni tal vez la segunda… pero era el que estaba disponible. Y Julen, aceptó el órdago. Podrían haberse hecho mejor las cosas, y esperar al final del Mundial, pero sucedió de otra manera. Y ambos tuvieron que pagar un alto precio. Julen, sobre todo. El nuevo presidente de la FEF montó en cólera y prescindió de él con cajas destempladas. Quedó Fernando Hierro como responsable y a España le fue como le fue. Mal. Muy mal.

Florentino Pérez tuvo por su parte que soportar quedar como ‘el malo’ de la película. ¿Injustamente? Puede. Esto es el mercado y así funciona.

Cuatro meses después la apuesta ha salido mal. Los resultados no han acompañado y Lopetegui está en la calle. Eso sí, con 18 millones, aunque me temo, repito, que los tribunales tendrán algo que decir.

Las ucronías conducen siempre a la melancolía, pero… ¿le hubiera ido mejor a Lopetegui si hubiera permanecido en la selección y España hubiera sido campeona o subcampeona del mundo?

Nunca lo sabremos. Ahora en cambio, el caché profesional del técnico vasco ha quedado por los suelos. Es una pena, pero en el deporte, como en la vida, a menudo es mejor ir paso a paso. Su carrera ha sido meteórica, pero se ha estrellado… ¡con mucho dinero en el bolsillo! Su futuro ahora puede pasar, probablemente, por algún club extranjero.

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