LA EXTREMA DERECHA ESPAÑOLA ENTRA EN ESCENA A LA SOMBRA DE BANNON

LA EXTREMA DERECHA ESPAÑOLA ENTRA EN ESCENA A LA SOMBRA DE BANNON

¡Enhorabuena! Enhorabuena, por supuesto irónica, a todas las formaciones independentistas radicales que, con sus extremismos, sobre todo los recientes, han alimentado el monstruo de una extrema derecha que en España estaba dormida y ha resucitado. Enhorabuena a algunos excesos verbales de la izquierda, sobre todo de Podemos, que han alimentado el miedo entre algunas capas ‘bienpensantes’ de la sociedad española y enhorabuena también a algunos irresponsables líderes europeos, como el vicepresidente de mi país, Matteo Salvini, por algunas declaraciones públicas en las que a veces lamentaba que España fuera una excepción en cuanto a la eclosión de un movimiento ‘nacionalista-populista-ultraderechista’… entre todos, han  contribuido a darle cuerpo.

ESPAÑA YA SÍ TIENE UNA ULTRADERECHA CON PELIGRO ELECTORAL vox, la nueva ultraderecha española, se ha puesto de largo en el emblemático Palacio de Vistalegre el domingo 7 de octubre. Creado en 2014, hasta ahora no se trataba más que de un grupúsculo marginal que en los últimos comicios generales apenas cosechó cuarenta mil votos… ¡casi diez veces menos que, por ejemplo, el Partido Animalista!
Pero lo visto en su mitin, auténtico banderín de salida hacia la precampaña de unas elecciones generales aún no convocadas -a las municipales y autonómicas ya se presentaron en 2015 obteniendo apenas un puñadito de concejales diseminados en muy pocas provincias- indica claramente que esto va a cambiar. Si hasta ahora se decía, y con razón, que la extrema derecha no existía en España con cuerpo orgánico propio porque -excepción hecha de algún grupúsculo también marginal como La Falange- la que había le votaba al PP, ese cuento se acabó.

LA PEOR CUÑA… LA DE LA MISMA MADERA

A la eclosión y el ‘cuaje’ de este partido, ha contribuido también, y no poco, la propia formación de la calle Génova. Yo siempre he sostenido que, de sus siete millones de votantes, en torno a un millón y medio estaban claramente escorados muy a la derecha. Y allí se sentían amparados. Pero las últimas diletancias de Mariano Rajoy con respecto, fundamentalmente al órdago catalán, ‘han despertado a la bestia’.
No es baladí que, los primeros ataques de su líder, el joven Santiago Abascal, exdirigente del PP, fueran contra sus antiguos compañeros: ‘La derechita cobarde’, llama Abascal a los de Casado.
En realidad, para estos nuevos ultras, los enemigos son todos los demás, ya sean de izquierda, extrema izquierda, centro o centro derecha. Ellos, y este es un rasgo básico de todos los populismos, se consideran los depositantes únicos de las esencias de la Nación, a la que deben proteger ‘como a una madre’. No es baladí que la palabra más repetida en todos los eslóganes que coreaban los diez mil entusiastas que llenaban el pabellón fuera, precisamente, ESPAÑA.
Como es corriente en estos movimientos, los mensajes con directos, cortos, rápidos, afilados como cuchillos, duros… ‘Gobierno traidor’ (el de Pedro Sánchez, al que culpan de haber ‘vendido a España’ a los nacionalistas e independentistas, condenas a quienes ‘quieren trocear nuestra Nación’, ‘bienvenidos a la resistencia’ (nada más comenzar el acto) … nada nuevo bajo el sol político. Estamos acostumbrados a este lenguaje bélico en Alemania, Austria, Italia, Francia, Bélgica, Reino Unido (UKIP)… y ahora, también en España. Además tal y como comentado hace pocos días en un artículo dedicado a Steve Bannon, el ya famoso asesor político que ayudó a triunfar Trump y subirse al poder de La Casa Blanca, está intentando reunir todos los partidos de extrema derecha europea debajo del mismo paraguas: ‘THE MOVEMENT’. En las negociaciones que Bannon está teniendo con los diferentes partidos en los diferentes países, VOX tiene un papel muy relevante.
Las propuestas de VOX, y este es otro rasgo básico, son simples, aunque los problemas sean muy complejos; suprimir las autonomías, ahí es nada, controlar las fronteras (acabarán copiando a Trump la idea de un muro en el Mediterráneo) o ‘vigilar las denuncias falsas por violencia de género’… esta última, por higiene intelectual, no la comentaré.

NACIONALISTAS ESPAÑOLES

Supongo que son conscientes, aunque les da igual, de que encarnan casi todo lo que dicen odiar. Demonizan a los nacionalistas, pero ellos lo son. De hecho, otro rasgo clásico, rechazan al individuo y a su racionalidad (a la que consideran además atea, masónica y anticristiana) … porque lo importante es el TODO, que en este caso es la madre España.
Necesitan otra característica capital, un enemigo. Y lo encuentran multiplicado; todos quienes no asumen sus VALORES lo son, de hecho. El ‘traidor’ gobierno socialista, los ‘comunistas’ de Podemos, los ‘tibios amorales’ de Ciudadanos… y la ‘derechita cobarde’, una vez más, de Casado y los suyos. A ella culpan tanto como el PSOE de los males que han ‘destrozado España’ y nos han traído hasta aquí. Repiten sin cesar que están SOLOS en la defensa de España y ‘de su necesario despertar’; y llaman a todos los patriotas y hombres y mujeres de ‘buena fe’ a que les voten (se supone que quienes no lo hacen no lo somos, somos ‘malos’).
Es sabido que este populismo de extrema derecha tiene más éxito en unos países que en otros. Aunque en España estuviera ‘dormido’ o subsumido en el PP, España es una tierra fértil para su florecimiento: son muy dados a la exaltación de las gestas históricas en las que España fue grande, ya sean medievales (Cid Campeador) como más modernas (descubrimiento de Ámerica e Imperio español en Ultramar).
Se saben, por último, pequeños, pero aspiran a crecer. Y para ello repiten -porque saben que es su gran perdición- a su potencial público que no se deje llevar por la idea del ‘voto útil’ y que no se entreguen, una vez más, al PP. Las encuestas, por primera vez en años, les dan un ‘chance’ verosímil: alrededor de medio millón de votos en toda España y la posibilidad de entrar en el Congreso al menos con un escaño.

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