BANNON Y SALVINI: A POR EUROPA CON POPULISMO Y UN AMÉN

BANNON Y SALVINI: A POR EUROPA… CON POPULISMO Y UN ‘AMÉN’.

 

Todos conocéis mi opinión acerca de lo que constituye parte de mi trabajo: el asesoramiento político y la asistencia a todos cuantos aspiran a ser los líderes del futuro o a quienes aspiran a conservar y a optimizar el que ya han conseguido.

Llevo años explicando en distintos foros cómo, desde mi punto de vista, la clave y la llave del buen hacer y del éxito de un experto de mis características consiste, de manera primordial, en situarse siempre fuera de las diferentes organizaciones a las que asiste; solo de esa forma puede conseguir influir de forma objetiva y determinante en los líderes a los que aconseja.

La influencia y el poder que nos procuran el hecho de no sentirnos ‘contaminados’ por el día a día de los distintos proyectos que nuestros ‘clientes’ -permítaseme la expresión- acometen es nuestra ‘arma letal’… esa llave maestra de la que disponemos para conducirles a un triunfo seguro.

El ‘ejemplo Bannon’, como amenaza real.

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Sentado lo anterior, hoy quiero centrarme en un personaje muy particular: Steve Bannon.Cualquier presentación sería ociosa e innecesaria, incluso para el mayor de los profanos.

Bannon, que saltó a la fama de forma rotunda a raíz de su ruptura con Donald Trump y gracias a la publicación del libro ‘Furia y Fuego’ de Michael Wolff-en el que se describían los oscuros entresijos de la Casa Blanca del excéntrico multimillonario desde su advenimiento al poder absoluto- es sin duda, a pesar de sus sombras en las que ahora profundizaremos, uno de los asesores políticos de mayor éxito de estos últimos años.

Él y nadie más, junto a las aún no esclarecidas del todo injerencias rusas en este último proceso electoral norteamericano, fue el ‘ingeniero’ que delineó la autopista por la que Trump consiguió lo que, según hemos sabido después, ni siquiera era su objetivo.

Tengo para mí que Bannon es un individuo, y por tanto un profesional, de una arquitectura mental inquietante, por no decir que peligrosa. Fue inteligente -o extremadamente listo, como prefieran- en saltar del barco cuando ya había rematado de forma exitosa su labor y abandonar al hombre más poderoso del mundo.

Esto no quiere decir, ni mucho menos, que Bannon no sea un declarado enemigo feroz de la izquierda y de la socialdemocracia europea, contaminado por la versión más ortodoxa y ultramontana de la doctrina católica y fascinado -y ‘enredado’- en los laberintos más truculentos del poder del Vaticano; la más eficaz e inquietante diplomacia sobre la faz de la tierra desde hace ya más de dos mil años. Un convencido teórico de esto que en los últimos años se ha dado en llamar ‘alt right’. Un heterogéneo conglomerado de ideologías que rechazan de manera despectiva, agresiva y violenta, todo aquello que en su ultramontana visión de la realidad creen que atenta contra lo que consideran el ‘Derecho Natural’: la homosexualidad, la socialdemocracia, la inmigración o el multiculturalismo.

Bannon, que ‘huele mercado’ en esta nueva e inquietante ola, se ha volcado en una misión que hasta hace pocos años parecía ciencia-ficción y que, sin embargo, en este momento representa la mayor y más grave amenaza para Europa y para la democracia. Su objetivo ya desvelado es el de ayudar a todos los partidos ultraderechistas europeos a unirse alrededor de unos pocos -aunque más que suficientes- ejes comunes concebidos como arietes para llevarse por delante a todas las formaciones ‘tradicionales’ de cara a las próximas elecciones europeas que tendrán lugar en mayo de 2019.

Salvini; el primero en rendirse a sus ‘encantos’


Matteo Salvini, siempre atento a la aguja de marear, lo ha elegido ya como su mentor. Giorgia Meloni, líder de Fratelli d’Italia y heredera del legado de Berlusconi, le ha invitado como estrella de su conferencia anual en Roma. Bannon, tan eficaz como peligroso, tiene claro y así lo ha expresado, que Italia está en el centro del nuevo tablero del poder político y que, sin el rechazo del ultra conservadorismo católico, puede marcar un antes y después en el camino de la amenaza populista de la extrema derecha en Europa. Su intención es la de apoyarse en el auge de estas formaciones de corte neofascista, alimentadas en los últimos años al calor de la crisis económica, del odio hacia las élites económico-financieras y, sobre todo, de la reciente avalancha de refugiados. Sabe que, solo uniendo a todas estas fuerzas, podrá llevar al triunfo sus ideas.

Así las cosas, ‘The Movement’ es el movimiento popular transnacional con el cual Bannon pretende conquistar Europa y sus Instituciones.

El resto de los líderes de esta extrema derecha ya han ‘comprado’ su proyecto. El primero de ellos, como ya he dicho, ha sido Matteo Salvini al que, sin ningún escrúpulo, Bannon ha definido ya como ‘el nuevo Trump’.

En palabras del vicepresidente italiano: ‘Las próximas elecciones europeas supondrán la resurrección de la Europa de los pueblos’.

Bannon y Salvini, quitando el polvo a todos los complejos que han ido persiguiendo a la derecha desde el final de la Segunda Guerra Mundial y exaltando los valores judeo-cristianos, han demostrado su perfecto conocimiento de que la debilidad de la Unión Europea y de sus líderes es enorme.

Y algo peor; que las grietas abiertas entre los diferentes estados de la Unión, es prácticamente irrecuperable.

Frente a esta debilidad, sus mensajes son simples y emocionales. Nada nuevo bajo el sol: populismo en estado puro frente a unos socialdemócratas desaparecidos y a unos liberales que, junto a los partidos de centro-derecha, cada vez tienen menos reparos en demostrar su coqueteo con los valores de la pura y dura extrema derecha.

Bannon ha calibrado perfectamente que lo que ha ocurrido en Italia, con este caótico ‘Gobierno Frankenstein’ conformado entre los populistas de extrema derecha de la ‘Lega’ y de los de la izquierda del ‘Movimento Cinque Stelle’, no es casual. Los extremos siempre se acaban tocando, unidos por esas simples recetas con las que pretenden solucionar los problemas más complejos. Italia es para él, en fin, un laboratorio magnífico, un inmejorable campo de pruebas, de lo que podría ocurrir en otros países.

Católico ortodoxo y devoto practicante, aspira y sin duda conseguirá el apoyo de parte de la Iglesia Católica con la que ya trabaja. Su último movimiento ha sido la organización de varias conferencias junto al ‘Istituto Dignitatis Humanae’ con las que pretende el adoctrinamiento general acerca de todos cuantos estos nuevos fanáticos consideran valores de la nueva Europa. Ahí tienen, por ejemplo, al húngaro Viktor Orban, como uno de los mayores héroes y referentes de esta nueva cohorte.

¡Ojo, que van en serio!

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La amenaza es real… ¡créanme!

Conociendo, como conozco, la capacidad de trabajo, las influencias y el fino olfato maquiavélico del personaje, no me cabe duda de que Bannon seguirá adelante con todos los medios necesarios para conseguirlo.

Su instinto de ‘killer’ junto al poder del ala más integrista y conservadora de este sector de la Iglesia Católica, claramente enfrentado al Papa Francisco, pueden tener un efecto devastador en Europa.

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