EL PEOR AZNAR CONTRA EL PEOR RUFIÁN: PARLAMENTARISMO DE ALUVIÓN

EL PEOR AZNAR CONTRA EL PEOR RUFIÁN: PARLAMENTARISMO DE ALUVIÓN

 

En la jornada del martes 18 se septiembre, hemos vivido un hito muy feo y bochornoso de nuestra reciente historia parlamentaria. Uno más, cabría añadir. En este caso, se trataba de una comparecencia, la del expresidente del Gobierno José María Aznar, en la comisión que investiga la financiación ilegal del PP, y que ha devenido en un espectáculo extraordinariamente lamentable.

 

Aznar, ya nos tenía acostumbrados, ha vuelto a desentenderse de toda la reciente historia de corrupción que tiene que ver con el PP. El partido que el refundara en 1990.

Y lo ha hecho en la forma y en el fondo con el que nos tiene ya más que familiarizados;

 

–     Insistió, por enésima vez, en que él NUNCA fue ni IMPUTADO ni llamado a declarar.

–     Utilizó un tono chulesco ante los miembros de la comisión. Sus modales transitaron siempre por esa fina línea que separa la seguridad en sus propias palabras y la solvencia en lo que dice, con la arrogancia y cierta…CHULERÍA. Así se lo hizo notar en una educadísima intervención, el diputado de la formación naranja Toni Cantó.

 

–     A pesar de ello no perdió en exceso el gesto ni la compostura; solo se le pudo apreciar ligeramente fuera de sí en su combate dialéctico con Pablo Iglesias.

Una foto que a Casado le beneficia poco… tirando a nada

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Aznar llegó arropado por la nueva cúpula del PP, dando fin con esta imagen al divorcio de estos últimos años entre el ex presidente y la formación política a la que ahormó y frente a la cual puso en 2003 a un Mariano Rajoy que, al poco, comenzó a poner distancia con él, ‘matando al padre’, cual Edipo político. Está por ver si está imagen de casi sumisión por parte de Casado y su número dos, García Egea, les beneficia. Tengo para mí que es al contrario y que supone un claro intento de no sufrir una auténtica hemorragia por la vena de la extrema derecha; una reciente encuesta de El Confidencial daba a Vox una expectativa de medio millón de votos y la posibilidad de entrar en el Congreso. Personalmente creo que al PP le restará y no le sumará. Y es que, por cada voto que traten de retener por la derecha extrema, perderán dos por el centro liberal. Aunque tal vez sea un interesante ejercicio de comprobación de que parte dentro de la bolsa de votos de esta formación desde 1990 hasta hoy mismo corresponde a cada sensibilidad. Sostengo que el PP nunca ha tenido entre sus, hasta diez millones y pico de votantes, más de millón y medio de ‘ultras’, merced, todo hay que decirlo, al trabajo integrador de Aznar. Pero esta será una buena ocasión de comprobarlo.

 

Semiótica y comunicacionalmente, la comparecencia tuvo dos picos relevantes:

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–     Combate con Rufián.

–     Combate con Iglesias.

 

El enfrentamiento, grueso, con el diputado Gabriel Rufián, de ERC, tuvo algo de sainete parlamentario.

El independentista, consiguió lo que ya parecía imposible:

 

-Caricaturizarse a sí mismo.

-Su histrionismo, excesivo y fuera de lugar, convirtió su intervención en un vacío ejercicio de autobombo que vale para sus seguidores de Twitter, pero que merece un ‘cero-pelotero’ desde el punto de vista del trabajo parlamentario y objetivos de la comisión.

-Una sobreactuación tal que, en último término, deja una enorme sensación de frivolidad y no de contundencia. Y que es evidencia de debilidad; creo que Rufián debería superar algún complejo, no sé si de índole formativo o de otro tipo.

 

Su camiseta, con la efigie de José Couso, estaba fuera de lugar. Más aún su primera pregunta, fuera del objeto de la comisión y que, más parecía una chulesca provocación, exigiendo disculpas a la familia del cámara muerto en Irak, provocó más chulería; chulería y media de Aznar, que le llamó nada menos que golpista.

Rufián elevó el tono y en referencia a ‘La Boda de El Escorial’ tildó a los invitados de Cártel. Como si fueran una mafiosa banda de narcos. ‘Too much’… excesivo… inadmisible. Sea Aznar o su porquero, por parafrasear al clásico.

 

Y a estas alturas, innecesario. Aznar ha tenido en el último año y medio ocasiones sobradas para desacreditarse por sí sólo.

 

No menos tenso el ‘cuerpo a cuerpo’ con el Rafael Simancas.

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El diputado socialista, en una seria intervención, pero en la que yo he echado tal vez en falta un poco más de ‘mordiente’, ha llegado a evocar el famoso episodio del ‘Tamayazo’, en que se le hurtó la presidencia de la CAM, allá por 2003.

 

-Mala estrategia por parte del socialista, porque da, sigue haciéndolo, munición a la derecha de que, a la izquierda, si se quitan del debate fantasmas recurrentes como el de Esperanza Aguirre, se le queda cojo el discurso.

El difícil equilibrio de Ciudadanos

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Toni Cantó, de Ciudadanos, estuvo correcto… sin más.

 

-‘Ni manchó ni limpió’ que se dice en mi tierra. A veces tengo la sensación de que nunca olvida el actor que lleva dentro, dicho esto con ánimo meramente descriptivo.

-Valiente en su primera intervención, al afear a Aznar su ‘chulería’, con todas las letras. Pero luego estuvo relativamente comedido. Al menos si comparamos la suya con otras intervenciones.

 

Iglesias, casi un ‘azote bíblico’.

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Sí… sin duda, en mi opinión, el momento de mayor altura y brillo parlamentario llegó en el turno del líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias. Fue la suya;

 

–     Una intervención extraordinariamente sólida, institucional, madura.

–     Afeó a Aznar sus ‘mentiras’ : le llamó mentiroso al negar la ‘caja B’ del PP… mentiroso al desentenderse de la corrupción de su partido… mentiroso al negar tener relación con Paco Correa. ¡Por negar, Aznar negó hasta conocer a Blanco Balín!

 

No cabe duda de que, al ex líder de la derecha, Iglesias le pone de los nervios. Una vez más, consiguió sacarle de quicio.

 

Fue el único momento en el cual, el expresidente naufragó:

 

–     Visiblemente nervioso, rostro desencajado y minado en sus propias y exageradas seguridades.

–     Y con munición gruesa en sus respuestas;

 

Para responderle, Aznar usó munición gruesa:

 

–     Le recriminó, nada menos que haber justificado a la banda terrorista ETA.

–     Le echó en cara haber recibido millones de Venezuela.

–     Llegó a tacharle de ‘peligro para la democracia’.

 

Todo de manual’, pero lamentable. Si esto consigue darle votos a Pablo Casado, será un auténtico milagro. Lo iremos viendo.

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