SAÉZ DE SANTAMARÍA Y CASADO, DUELO FINAL
La recta final de las primarias del PP que determinarán quién ocupa finalmente el puesto que dejó vacante Mariano Rajoy se endurece por momentos.
Tras la polémica generada por la difusión de un vídeo -que los ‘sorayistas’ atribuyen al entorno de Pablo Casado y cuya paternidad niega el aludido, en el que se ridiculiza con fotos e imágenes en sepia el pasado de algunos de los actuales cuadros de esta formación que en estos momentos apoyan a la exvicepresidenta- hemos asistido, tanto a declaraciones del joven diputado por Ávila en las que acusa veladamente a Sáenz de Santamaría de soberbia, como a manifestaciones de esta última enfatizando que su campaña no tiene más adversario que el actual presidente del Gobierno socialista, Pedro Sánchez, mientras que Casado pretende aglutinar a todos los perdedores del ‘primer corte’ contra la que tratan de presentar como ‘protegida’ de Rajoy. La foto -y no solo foto, las declaraciones explicitas de Cospedal incluidas- dando su respaldo a Pablo Casado el pasado lunes 16 en el Hotel Palace de Madrid, pueden marcar un punto de inflexión en el proceso… veremos en qué dirección, eso sí.
Casado y su campaña en negativo vs Soraya y su campaña en positivo
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En mi opinión Casado se equivoca de medio a medio con su estrategia. Su empeño, desde el pasado 5 de julio, no parece haber sido otro que el de construir una campaña que los profesionales denominamos, directamente, ‘en negativo’: da la sensación de que, a los asesores del que ha sido en los últimos años vicesecretario General de Comunicación del PP, les ha parecido inteligente presentarle como el único capaz de unir los apoyos de Cospedal, Margallo, Cabanes, e incluso, si se prestara, de José Ramón García Hernández, contra una única ‘enemiga’, que no es otra que Sáenz de Santamaría.
Quienes instruyen a la exvicepresidenta, tanto sus asesores de comunicación como pesos pesados del calibre de Javier Arenas, Pedro Arriola o el propio José Luis Ayllón, que saben mucho de campañas y estrategias electorales, han visto con claridad el ‘fallo’ de su rival y han cargado las tintas en los últimos días en un mensaje mucho más eficaz: ‘todos somos parte del PP’, ‘gane quién gane el 21 de julio volveremos a ser una piña’ y ‘aquí el único adversario es el PSOE y su líder, Pedro Sánchez’.
Esto por no hablar del lamentable vídeo, que ya he citado de pasada más arriba, y que constituye una torpeza ‘de manual’. Incluso aunque no lo hayan elaborado los asesores de Casado, debieran haber aprendido ya que este tipo de campañas de anti-propaganda, ‘destructivas’, generan SIEMPRE un efecto ‘simpatía’ hacia la ‘víctima’… y en este caso se ve con claridad que la víctima es Soraya Sáenz de Santamaría, a la que cabe el dudoso honor de cerrar la chapucera pieza videográfica. Cualquier ciudadano mínimamente avisado se preguntará, tras los infumables minutos del anónimo engendro si, al igual que se afirma de Soraya, Pablo no estaba también ‘por allí’ en estos últimos años… no en el Gobierno pero sí en el Partido.
Casado… ¿cada vez más al fondo a la derecha?
Por no hacer eterna esta pieza, voy a apuntar únicamente otro de los errores del equipo de campaña de Casado que me parece también ‘de libro’: el ansia o apetito desmedido de aglutinar a todo el espectro de posibles futuros votantes del PP, dirigiéndose con especial mimo hacia la derecha más extrema, que en el mejor de los casos no supone más de un millón de votos de los más de siete que cosechó esta formación en su última cita con las urnas. Las recientes declaraciones del candidato sobre la supresión de Schengen o la sugerencia de volver a la Ley del Aborto de 1985, se demostrarán como un grave error cuando todo esto haya acabado y tengamos una mínima perspectiva para juzgar con más equilibrio estos días ‘de pasión’ para el PP. Los asesores de Soraya, lo tienen claro: las elecciones en España SIEMPRE se han ganado desde el centro… y las próximas no van a ser una excepción. Y convendría, en esto como en otras cuestiones, por parte de ambos candidatos, que los compromisarios a quién van a elegir no es al más guapo o guapa, o al más o menos simpático o simpática, sino a quién crean que está en condiciones de sacar de La Moncloa a Pedro Sánchez en 2020 o cuando toque. Dicho queda.