PEDRO SÁNCHEZ: ¿LA HISTORIA DE UNA AMBICIÓN O LA HISTORIA DE UN GRAN SUEÑO HECHO REALIDAD?

PEDRO SÁNCHEZ: ¿LA HISTORIA DE UNA AMBICIÓN O LA HISTORIA DE UN GRAN SUEÑO HECHO REALIDAD?

Tomo prestado, por supuesto retocándolo, el título de un libro que Gregorio Morán dedicó a Adolfo Suárez. Se trataba de una biografía ‘no autorizada’ y que, durante muchos años, fue proscrita: ‘Historia de una Ambición’. No es mi objetivo comparar a dos figuras que, nada tienen que ver, ni en el tiempo que les ha tocado vivir ni en sus características políticas, personales y de liderazgo. Pero en ambos puedo rastrear y encontrar similitudes comunes. El abulense, no era ni más ni menos que un ‘don nadie’. Un ‘outsider’ por excelencia, pero que acarició desde siempre un gran sueño: el de ser presidente del Gobierno. Se lo preguntaban desde pequeño, así contestaba y todos se reían de la ocurrencia del niño. Casi cuatro décadas después lo cumplió y cambio España. Algo así le ha ocurrido a Sánchez. Ha aguantado varios ‘entierros públicos’, risas y desprecios de casi todos,… pero su firme voluntad de llegar donde él quería, le han colocado al fin en el centro de su objetivo. Fin de las similitudes.

¡Aquel Comité…maldito Comité!

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Pedro Sánchez es la mejor encarnación del viejo aforismo de que, quien resiste, gana. Parece ya la prehistoria, pero no es una fecha tan lejana. Fue tras aquel, ‘maldito’ para los socialistas, 1 de octubre de 2016. Una fecha infausta en la que todo el orbe dio por muerto a quien hoy es nuevo presidente del Gobierno. Un ‘bloody saturday’, un sangriento Comité Federal, en el que el economista madrileño, de 46 años, fue descabezado y, en opinión de sus enemigos, enterrado para siempre.

Pedro, frente a sus barreras emocionales y unas inseguridades que, a menudo, le habían pasado factura en sus campañas electorales, demostró que tenía una virtud esencial para un líder: la RESILIENCIA. Lo predije ya en su día en La Sexta Noche y así sucedió. Sánchez, volvió para enfrentarse en unas primarias históricas a un poderoso ejército, mucho mejor pertrechado que él. Su enemiga, Susana Díaz, se equivocó, de medio a medio, durante aquellas semanas. La arrogante presentación de la que hizo gala en aquel nefasto acto en IFEMA, arropada por todas las ‘viejas glorias’ socialistas y exdirigentes históricos, desde José Bono hasta José Luis Rodríguez Zapatero, desde Felipe González o Alfonso Guerra hasta Alfredo Pérez Rubalcaba, se volvió en su contra. La mayoría de las bases entendieron aquello como una ‘sobrada’… y la ‘sultana’ lo pagó carísimo.

Percibo que los enemigos internos de Sánchez, no han variado. Están aún frescas las declaraciones del expresidente González pidiendo elecciones generales a la mayor brevedad posible. Iceta me lo advertía por aquellos días, en una entrevista concedida a un diario digital: cuando se ‘fuerza’ a las bases, cuando trata de orientarse a la militancia desde la cúspide, el afiliado ‘de infantería’ tiene ‘la mala costumbre’ de sentirse libérrimo… y toma la dirección contraria: ¡la democracia interna, estúpidos…la democracia interna!

… y Pedro cogió un coche, y volvió a empezar de cero.

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Desde aquellos, insisto, no tan lejanos días, Sánchez fue construyendo con paciencia, un relato para ganar. Hecho a su medida. Abandonado por todos, salvo por Begoña, su mujer, y cuatro fieles, anunció que iba a ponerse al volante de su viejo utilitario de segunda mano con intención de recorrer España de punta a punta, llevando de nuevo su palabra y su mensaje a todos. Volvieron a reírse de él, tomándole casi por loco. Pero Pedro, que había transitado desde posiciones ideológicas cercanas a una suave socialdemocracia, casi conexa con un blando liberalismo económico, entendió mejor que nadie que la dirección del PSOE, históricamente, siempre ha estado más a la derecha que sus militantes. Y supo que ahí tenía su nicho.

Su capacidad para PROYECTAR UNA VISIÓN y el ÉXITO, desde entonces hasta hoy, ha sido brutal. Y ha dado sus frutos. Ha conseguido, sin tal vez ser consciente él mismo desde el principio, CONVERTIR SUS DEFECTOS EN ARMAS LETALES. Una de las claves de mi trabajo con los líderes políticos y empresariales. Aquel famoso ‘no es no’, tan denostado y ridiculizado por sus adversarios, caló. Funcionó como ‘slogan’, y fue el sello de su venganza. La que el pasado sábado culminaba en el Palacio de La Zarzuela con la promesa de su cargo.

Le inventaron de todo: dijeron de él que solo buscaba el poder por el poder. Que sería capaz de todo para llegar a La Moncloa. El propio Mariano Rajoy, también Albert Rivera, se lo recordaron en varias ocasiones durante estos dos días históricos de una Moción de Censura que puede cambiar, ha cambiado ya, inesperadamente, el rumbo del devenir de España. Pero casi nadie se dio cuenta, yo sí, de que ese mensaje fue ‘comprado’ por muchos que quisieron escucharlo. La VALENTÍA y el OPORTUNISMO que ha demostrado la semana pasada, son cualidades ‘de libro’ en el mundo del liderazgo. Sé que muchos odian el oportunismo, pero es clave para triunfar, junto a algo de SUERTE.

Llegó (o retornó), vio… y venció

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Fue tras su victoria en el 39 Congreso del PSOE cuando el nuevo jefe del Ejecutivo comenzó el baile para preparar su presidencia. Al principio con una comunicación confusa, asimétrica y, a veces, incoherente. Se acercaba a Podemos, pero a la vez defendía un espacio propio. Desconociendo en ocasiones si su enemigo real era Iglesias o Rajoy… o tal vez Albert Rivera, del que las encuestas publicadas en los últimos meses dicen que puede ganar a costa de robar millones de votos al PP…pero también al espacio más moderado, de centro izquierda, del PSOE. En aquel momento necesitaba tiempo. Y se lo tomó. No creyó oportuno presentar una moción de censura… y no la presentó. Hasta que llegó el tiempo de hacerlo.

A los que sostienen que en política no se cambia y que unos buenos asesores no pueden obrar un milagro, yo les repito que eso es una gran tontería. ¿No lo creen? Ahí lo tienen. Un suceso ‘extraordinario’, encarnado en una sola persona, llamada Pedro Sánchez Castejón. En apenas unos meses consiguió volver a liderar el PSOE. En unos cuantos más, ha conseguido su gran sueño: liderar el Gobierno de la nación.

Ahora tendrá que demostrar que sabe gobernar en una situación muy complicada con unos compañeros de viaje que le pondrán zancadillas todos los días para su beneficio electoral. ¿Sabrá Pedro Sánchez sacar partido de su Presidencia? ¿Podrá aguantar hasta al final de la legislatura? ¿Llevará el PSOE a ganar las siguientes elecciones generales? Muy pronto veremos si Pedro Sánchez ha llegado a la Moncloa para quedarse o será la realización de un sueño que dura un verano.

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