Mame Mbaye: víctima de la injusticia… ¿y del oportunismo político?
He querido tomarme algunos días de distancia antes de escribir y aportar mi opinión acerca de los desgraciados sucesos que tuvieron como escenario la pasada semana el madrileño barrio de Lavapiés, siendo el más lamentable de ellos -y el que ha originado graves problemas de orden público y una enorme tormenta política- el que originó todo el ciclón posterior: la muerte de Mabe Mbaye, inmigrante ‘mantero’ senegalés, como consecuencia de un fallo cardíaco.
Han sido días de confusión, de durísimas recriminaciones entre el equipo de gobierno del consistorio madrileño y su oposición, liderada por el PP y por su portavoz, José Luis Martínez Almeida, que ha pedido ya dimisiones, ceses de algunos concejales y, si ello no se produce, que sea la propia Manuela Carmena quien ponga su cargo a disposición. Unas jornadas de ‘locura’ política que alcanzaron su cenit el pasado lunes 19, gracias a una excelente labor de investigación periodística de ‘La Sexta’. Un trabajo gracias al cual pudimos visionar, por fin, las tremendas, angustiosas, pero también esclarecedoras imágenes de un grupo de policías municipales intentando, desesperadamente, reanimar con un masaje cardíaco a este pobre hombre; sin éxito, como todo el mundo sabe.
Cuando son los políticos los que mienten y agitan a la sociedad
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Lo que hemos vivido en los últimos días, ha constituido uno de los episodios más bochornosos de cuántos yo recuerdo en materia de comunicación política -en política, en general- tanto municipal, como autonómica o estatal. Una sucesión de mentiras, de ‘fake news’, como ahora se conocen, vertidas básicamente a través de las redes sociales, entre otras personas… ¡por algunos concejales del propio Ayuntamiento! Intentos de manipulación, en suma, destinados, no ya a eludir las responsabilidades del equipo de Gobierno del consistorio, sino a erosionar… ¿ al Ministerio del Interior? ¿a la oposición municipal? ¿al ‘capitalismo imperialista y opresor que domina -según la rancia lógica de Podemos y otras organizaciones antisistema de su entorno- tanto a España como al resto del mundo’?… no sabemos aún.
Bochornoso ha sido también el intento de la derecha de manipular el luctuoso suceso, hablando, sin ambages, de bulo orquestado para desprestigiar la labor policial. En el colmo del paroxismo, se ha llegado a decir que los agentes locales -que manda, por cierto, un concejal de Carmena, el señor Barbero- no solo no estaban tratando de reanimar al infortunado Mame Mbaye, que así se llamaba, sino que le estaban ‘aplastando el esternón’. Tremendo. Al pobre Mbaye le fallaba el corazón desde hacía tiempo… y de haber nacido en un país del norte, rico y acomodado, podría haber sin duda sido tratado de su dolencia y le quedarían años de vida feliz y saludable. Tal vez con una familia, un trabajo digno y, sin duda, mejores condiciones de vida. Pero dudo que estas consideraciones a Podemos le importen demasiado. Y dudo también de que a algunos políticos les interesara, de verdad, su salud, su vida y de paso la vida de todos los manteros e inmigrantes que viven en la mayor parte de los casos en condiciones inhumanas, buscando alcanzar su sueño, en Madrid o en cualquier otro rincón de Europa. Lavapiés, a menudo, se ha considerado como un ejemplo de barrio de integración, de exitoso cruce de caminos, de fusión de culturas que se encuentran y se alimentan entre ellas. Hoy, es la foto más obscena de un uso radical y manipulador del dolor ajeno. Y todo… por un puñado de votos. Miserable.
Tremendo ha sido, sí, el comprobar cómo el ciudadano senegalés, no solo no fue perseguido, sino que resultó auxiliado por las fuerzas del orden. Testigos oculares del suceso así lo confirmaron desde los primeros minutos, siendo increpados en algunos casos, como han mostrado también las imágenes de la televisión. Rayana en el bochorno me pareció la declaración de Alberto Garzón en la noche del pasado lunes en la televisión pública, afirmando -ya que la versión de la persecución’ había quedado deshecha- que sí, que había habido persecución, pero que se había producido… ¡horas antes! … y que por eso, al pobre ‘mantero’ le dio un infarto después. Toman a los ciudadanos -incluidos su propios votantes- por idiotas.
Hacer el mal y no reconocer la culpa
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Horas después de la difusión de estas imágenes, la alcaldesa, Manuela Carmena, preguntada en rueda de prensa acerca de si pensaba cesar a alguno de sus concejales -las críticas se han focalizado sobre todo en García-Castaño y en la concejala Rommy Arce- no solo desmintió tener intención alguna de hacerlo sino que enfatizó en voz alta, fingiendo sorpresa, que en su opinión ‘nadie (de su equipo) ha tenido (alguna) actitud que genere ningún tipo de reproche’. A muchos ciudadanos, me consta, no solo les ha parecido decepcionante la actitud de la regidora sino incluso algo cínica. Porque, que ha habido errores y una notable dosis de mala intención, parece más que evidente. Que el propio sindicato mayoritario de la policía municipal, hombres -vuelvo a repetir- mandados por los concejales de Carmena, haya presentado una querella contra la citada Rommy Arce y contra Juan Carlos Monedero, que también atizó las redes de lo lindo durante las primeras horas de confusión, es algo que no había ocurrido jamás y que solo puede ser calificado de surrealista… aunque lo que es surrealista es la acción del propio equipo de Gobierno, como trato de hacer evidente. La querella es por un delito de incitación al odio. Quede esto también muy claro.
Insisto en que no sé a qué juega ‘Unidos Podemos’, o ‘Ahora Madrid’ en toda esta farsa. No sé cuál es su enemigo o su objetivo político, siendo como son quienes gobiernan la capital de España. Pero si sé que han hecho mucho daño a la convivencia en esta ciudad. ¡En Lavapiés y en Madrid YO no veo racismo! Estas actitudes, en política, por mi experiencia, suelen pasar una carísima factura en las urnas.
Ahora, ‘el top manta’… ¡es bueno!
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En una típica huida hacia adelante, el grupo parlamentario de
Podemos, ha terminado por contribuir a la confusión general descolgándose con una proposición, cuando menos sorprendente: despenalizar la venta de productos falsos por debajo de los 400 euros… el ‘top manta’, vamos. Recuérdese que las mayores denuncias y proclamas contra la piratería, contra el atraco -porque así debe calificarse- a la creación intelectual de músicos, cineastas o escritores, provenían siempre de la izquierda. Una izquierda, y extrema izquierda, a la que le ha dolido la boca durante años a la hora de pedir los mayores castigos contra los ‘manteros’. No entiendo nada. Mejor dicho, prefiero no entender. Por cierto… ¿es esta la misma izquierda que se opone a la prisión permanente revisable porque dice que no hay que legislar en caliente?
Recuerden, por cerrar el círculo de las incongruencias, las cargas policiales ordenadas por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en 2015, contra los ‘manteros’ de la Ciudad Condal. Ada Colau es de Podemos… creo.
Los comerciantes de la zona de Lavapiés recuerdan que esta práctica ilegal, supone la pérdida anual de 68.000 puestos de trabajo y 8 mil millones de euros, que se van por el sumidero el fraude. Algo que unos diputados, que denuncian otro tipo de robos y corrupciones institucionales, parecen ahora querer ‘blanquear’ con su iniciativa. Seguiremos atentos a la pantalla porque esta locura, mucho me temo que lejos de amainar, arreciará en los próximos días.
Lo único que siento de verdad, es que se siga haciendo un lamentable partidismo utilizando las desgracias de la gente… sobre todo de la más humilde y desfavorecida ¡Lamentable huida hacía delante por parte de quienes encarnan la peor política y la ás burda falta de ética personal y social!