ELSA ARTADI: LA GURÚ DE LA ECONOMÍA QUE PODRÍA SER PRESIDENTA DE LA GENERALITAT

 

Les confieso que, a estas alturas del ‘sin-Dios’ del ‘procès’ o del órdago soberanista o del golpe de la democracia o como cada quien prefiera denominarlo, si hay un personaje que me fascina es, sin duda alguna, el de Elsa Artadi. No incurriré en la osadía de presentarla porque, a estas alturas creo que, hasta el menos interesado en este asunto, sabe de sobra a quién me refiero.

Artadi me fascina, he elegido perfectamente el verbo, mucho más que el propio Puigdemont y su talento político y mediático para burlar a la Justicia y para seguir cada día en el candelero, abriendo telediarios, siendo como es ya poco más que un vulgar prófugo con un más que negro futuro, personal y judicial y que hace mucho tiempo que resulta, aunque no lo reconozcan en público, un serio inconveniente para los suyos. Artadi me fascina, por supuesto, mucho más también que el gran Albert Boadella, que tanto hubiera ganado si se hubiera limitado a ser lo que siempre fue, un genial dramaturgo, y hubiera obviado – embridando su ego- asumir ese papel de fantasmal personaje de una absurda ‘Tabarnia’ que cada vez hace menos gracia a quienes demandamos de forma urgente que vuelva la sensatez y la cordura a la política española en lugar de seguir enredados en un bucle que nos lleva de una ópera bufa a otra de igual o mayor dimensión.

Cito a veces a uno de mis ‘politólogos’ de cabecera, el conejo de Alicia, del genial Lewis Carroll, que repetía esa frase tan aparentemente absurda pero llena de contenido, cual era: ‘La clave es quién tiene el poder; eso es todo’. A muchos les parecerá una ‘boutade’… o una broma. No lo es en absoluto. Por varias razones, no siendo la menor de ellas la de que no siempre es fácil identificar quién es quien realmente manda. En política y en otros ámbitos de la vida en general. Y Elsa Artadi, al menos ‘rebus sic estantibus’, manda. Y manda mucho. No es un secreto para nadie que es desde hace tiempo la persona más cercana al expresident. Y su puente con la realidad. Tal vez a quien más escucha un personaje que ha llegado a convertirse, o tal parece, en su propia caricatura.

Joven y preparada; intelectual y políticamente
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Artadi no es Rovira. Es una mujer joven, apenas ha doblado la cuarenta, y extraordinariamente preparada. No digo que Rovira no lo sea, pero es evidente que la líder de ERC, en ausencia de Junqueras, tiene un perfil muy diferente. Dicen de Artadi que ‘tiene la cabeza llena de números’.  Es un elogio. ‘Niña bien’ de la burguesía catalana, nadie podrá acusarle de no haber viajado; completó su formación en Harvard y fue profesora en la prestigiosísima Bocconi de Milán (perdonen que aquí aflore el italiano que llevo dentro) antes de ocupar diversos puestos en la Generalitat de Cataluña, todos ellos de carácter muy técnico, como ser responsable de los Tributos -y del juego- de la administración autonómica.

Hace tiempo que vengo apostando por ella; y pronosticando que puede ser la sucesora natural de Puigdemont. Y lo sigo pensando. Es cierto que ella lo niega, es de manual, no sé si porque realmente no es su aspiración -cosa que desde mi experiencia en liderazgo dudo mucho- o porque no quiere que la ‘quemen’ antes de empezar. Tal como están las cosas, ni yo ni nadie sabe aún -y esto es cada día más cansino- que va a pasar: si se romperá del todo esa frágil entente entre JxCat y ERC o no, si se investirá un president ‘virtual’ y otro ‘real’ o se impondrá la cordura. Si en una absurda e improbable pirueta legal, los independentistas se sacarán el enésimo conejo de la chistera y retorcerán de nuevo el reglamento de la cámara para posibilitar una investidura ‘por plasma’ o acabará habiendo, no es descabellado, unas nuevas elecciones. Lo que sí sé es que presidenta al final o no, Elsa Artadi ha eclosionado como nueva y destacada líder en la política catalana. Mi olfato no me deja lugar a dudas. Por si hacen falta más pruebas, basta escudriñar la prensa menos afín al independentismo que anda desde hace días buceando en su pasado: que si fue, cual Julia Roberts a la catalana, ‘novia a la fuga’, que si tuvo un pasado ‘españolista’… está claro que no soy el único ya que piensa en ella como posible ‘heredera’.

 

¿Dos mujeres mandando en Cataluña? No es descabellado…
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Y algo más, para rematar este modesto perfil: independientemente de posicionamientos políticos, no me negarán que no sería atractivo un futuro e hipotético ‘ticker’ al frente de la Generalitat con dos mujeres: Artadi como líder y Rovira como número dos de ese aún difuso Govern. Esto no ha ocurrido jamás en la política española y, hasta donde yo recuerdo, tampoco en la europea. Dos mujeres en la cumbre del poder. Piénsenlo.

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