PUIGDEMONT, EL TEATRO DEL ABSURDO: ACTO COPENHAGUE.
Puigdemont ‘suma y sigue’ en su inacabable -y cansina- representación del ‘teatro del absurdo’. Un término que fue acuñado por Martin Esslin que tituló de esta forma en 1961 su célebre obra, en la que recogía bajo un denominador común a cuatro autores que definían este nuevo movimiento: Eugène Ionesco, Jean Gener, Arthur Adamov y Samuel Beckett. No me cabe duda de que si Esslin hubiera tenido oportunidad de conocer al personaje, hubiera añadido sin duda a este grupo a Carles Puigdemont, el ‘president’ que aspira a gobernar ‘en espíritu’, ya que en carne mortal parece que no va a ser posible.
‘Puigdemont’ en su mundo… ‘Puigdemont’, el ‘astuto’
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Su viaje, último y surrealista episodio que añadir a su ya larga lista de ‘charlotadas’ en vuelo ‘low coast’ desde el aeropuerto belga de Charleroi, podría haber motivado su detención. Pero el fugado, el huido, el prófugo de moda, no podía privarse de otro día de gloria -eso piensa él, en su mundo paralelo de ‘Mátrix’- justamente en vísperas del momento clave de la elección del próximo president, tras las elecciones del pasado 21-D. El ‘astuto’, como le llamaré a partir de ahora, era muy consciente y había medido a la perfección sus ‘tempos’ y el riesgo que asumía. No en vano, el ‘astuto’ mide muy bien, mejor de lo que muchos creen, todo cuanto hace. No todos los locos son geniales… pero como Puigdemont no está loco, sin ser genial, es bastante ‘eficaz’. Y listo, que eso sí lo parece. ‘Astuto’. Tal y como él tenía ya agendado en su cabeza, con la experta supervisión de su experto ex abogado de etarras, el Tribunal Supremo, a petición de la Fiscalía, iba a exigir una nueva euroorden de arresto. Una petición que el juez Llarena, como también todos presuponíamos, iba a tumbar porque hubiera sido un remedio peor que la propia enfermedad ‘Carlesiana’.
Y siendo así las cosas, el ‘astuto’ ha podido dar su conferencia en Copenhague, en paz y en gracia de Dios o sin ella, y pasar la tarde del lunes charlando y tomando café, o lo que hayan tomado, con independentistas de Groenlandia y de las Islas Feroe.
En el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Políticas de la capital danesa, el ‘astuto’, que en su vida como alcalde de provincias hasta hace menos de tres años, se hubiera imaginado en tal momento de excitación vital, hizo gala de un cinismo sobresaliente… y de sus facilidades para los idiomas ( al César lo que es del César ) y de orador políglota frente a 300 asistentes que escucharon sin pestañear sus diatribas contra el Gobierno de Mariano Rajoy y sus presuntas ‘maniobras’ para acabar con eso que llaman ‘el procés’. Tiene narices, con perdón de la expresión, que para un político que nos sale en España con facilidad para los idiomas no haya podido ser otro que Carles Puigdemont. Porque el ‘astuto’ es, le pese o no, un político español… además de prófugo y posible futuro preso. Político-preso, que no preso-político, porque en España, de estos últimos, no hay.
‘Victima’ de un ‘Estado represor’… el viejo discurso de la izquierda abertzale. Ya no cuela.
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Sostuvo el ‘astuto’ que España es un Estado represor. La mejor prueba de que esto no es así es que tenemos una Justicia tan garantista que permite que se pasee por Europa entera diciendo ese tipo de tonterías sin ser detenido. Añadió que la detención de los ‘Jordis’ fue una ‘venganza’. Y con tono serio, amenazante y sobre todo, muy desafiante, remató con tintes épicos: ‘El pueblo de Cataluña no se rendirá ante el totalitarismo’. Afortunadamente, no se abrió la camisa mientras gritaba a los cuatro vientos esto último… los asistentes, respiraron aliviados.
El president -o hipotético futuro president, aún no electo- repartió también estopa de lo lindo a la Unión Europea, de la que dijo que es ‘desidiosa’ y a la que acusó de haberse puesto del lado español. Olvida el ‘astuto’ que lleva tres meses refugiado en los bosques de la capital administrativa y política de la Unión. Podía haberse ido a otra parte, si tan poco le gusta. Aquí también, el exalcalde de Girona, se puso algo intenso: ‘Seguimos siendo europeos pero no podemos cerrar los ojos ante sus fracasos: Grecia, Ucrania, los refugiados y la defensa de los Derechos Humanos en Cataluña’. Toda una escalibada, o empanada de bonito, como gusten, en la ya ven todo lo que, el aún no president, metió en el mismo saco. ‘Es el momento’, continuó solemne, ‘en que la UE reconozca el derecho de autodeterminación’. Qué quieren que les diga; me sigue sonando al discurso batasuno de los abertzales de los ochenta -será cosa del abogado que ha contratado- pero no quiero distraerles de lo fundamental. Y lo fundamental es que el ‘astuto’ sigue arrogante y fuera de la realidad. Tanto que no dudó, otra ‘perla’, en comparar el 1-0 con el ‘Bréxit’. Supongo que los británicos ahora se ofenderán y emitirán una nota de protesta… es broma pero es que, si no fiera todo tan serio, habría que tomarlo como lo que es: una tragicomedia o, como les decía, teatro del absurdo.
¿Quién es realmente el totalitario?
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‘Lo que está en juego es la idea de la democracia en toda Europa, y no solo en mi país’, dijo y se quedó tan ancho. Como si la democracia fuera solo votar. Para ‘El Astuto’ respetar las leyes NO es requisito de democracia. El ‘astuto’ olvidó de lleno recordar que a quien se le ha robado la libertad de expresión en Cataluña durante demasiado tiempo ha sido a todos aquellos ciudadanos CATALANES que NO QUIEREN LA INDEPENDENCIA. Porque no creen en ella. Y porque se sienten catalanes, españoles y europeos. Y todo a la vez. Y, por seguir olvidando, olvidó también que las peores muestras de totalitarismo en aquella comunidad autónoma del Estado español, las peores muestras de totalitarismo en los últimos dos años han sido las suyas. Sobre todo en los últimos meses. Aquellos aciagos 6 y 7 de septiembre en los que él y sus secuaces -es decir, la mitad de diputados de la Cámara más uno- declararon una Ley de Independencia en forma de GOLPE para luego desatender las decisiones del Tribunal Constitucional. Olvidó el ‘astuto’ todo el daño que su osadía ha causado a Cataluña y a sus ciudadanos: familias rotas, grupos de amigos y de compañeros de trabajo divididos… niños señalados en la escuela, casi como en la Alemania de Weimar, por ser hijos de ‘españolistas’ o de Guardias Civiles, como todos hemos visto.
Franco, toda culpa de Franco
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Con todo casi ya de lloriqueo y entre nuevas diatribas contra Europa -como siga así no le va a quedar ni un amigo, tampoco de los Pirineos hacia el norte- de la que dio en entender que no había descartado la violencia ni la violación de los Derechos Humanos, criticó por enésima vez al Gobierno de Rajoy. Hasta en 18 ocasiones afirmó haber intentado hablar con algún representante del Ejecutivo, sin respuesta. Cosa lógica puesto que él mismo reconoce que su aspiración es un referéndum ‘pactado’ y que la sombra de Franco es todavía muy grande en una España en la que solo hay ‘una democracia a la carta’.
El ‘astuto’, en fin, sigue aspirando a que sea reconocido el resultado de una consulta ilegal, en la que no hubo un censo real, al estilo de las repúblicas bananeras y en la que un mismo paisano podía votar tres o cuatro veces en distintos colegios electorales, como se demostró. Todo en un tono muy ensayado, buscando una vez más el impacto emocional entre los suyos, con frases de manual construidas y ensayadas al detalle y siempre a la caza y captura de algún titular ‘de impacto’ en la prensa extranjera, ya que la nacional, salvo la catalana más subvencionada, no le hace demasiado caso. ¿Cuántos actos más nos queda por ver en este ya cansino teatro del absurdo? Mientras el Ejecutivo que preside el paciente Mariano Rajoy, conserve la calma, como no puede ser de otra manera, tendremos que seguir soportando esta propaganda, basada en la mentira, y este desafío independentista que parece no tener fin.