EL ROMPECABEZAS CATALÁN…UNA SEMANA MÁS

El rompecabezas catalán… una semana más. El ‘lío’ de la investidura… y los que vendrán después…

Aunque parezca un ejercicio similar al del ‘día de la marmota’, una semana más tenemos que ocuparnos del que parece único asunto en la agenda política nacional; la situación en Cataluña, donde semana tras semana, parece que la realidad paralela en la que viven instados los independentistas guiados por el prófugo Puigdemont, se impone propagandísticamente al relato gubernamental y, si se me permite, al más elemental sentido común que por lo demás está respaldado por la Constitución.

Una situación que resulta ya muy cansina para la mayoría de españoles que contemplan, me atrevo a decir que, con cierta desesperación, cómo parece no haber más problema en España que ‘el problema catalán’. Y que nuestros principales partidos, en vez de afanarse por dar respuesta o al menos ofrecer alternativas a la gravísima encrucijada de las pensiones, o de la maldita violencia de género que sigue cobrándose víctimas,  o al empleo precario y de baja calidad que sigue creándose y gracias en parte al cual las cifras de paro descienden sí, pero a que precio… siguen enredados en las ‘trampas’ que el prófugo Puigdemont y sus secuaces siguen poniéndole al Ejecutivo que preside Mariano Rajoy…y a todos los españoles.

Puigdemont… ¿‘se hará carne’ o seguirá siendo ‘virtual’?

Elegido ya el presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, sigue sin despejarse la incógnita de si Puigdemont se atreverá a reaparecer en carne mortal en la sesión de investidura, tras la cual sería detenido por las Fuerzas de Seguridad, o la mesa del Parlament aceptará, todo parece indicar que sí, una investidura telemática, a pesar del informe en contra de sus letrados.

El presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC), anunciará mañana el candidato a ser investido como presidente de la Generalitat con el único nombre sobre la mesa de Carles Puigdemont y con la única incógnita sobre cómo se podrá realizar, visto que el líder de JxCat sigue en Bruselas huido de la justicia española.

Hay algunas incógnitas más, no siendo la menor de ellas la relativa al voto delegado de los cinco diputados refugiados en Bruselas (Puigdemont incluido) y, sobre todo, sobre el desarrollo de un debate sin la presencia del candidato. El objetivo es que la investidura se haga en un acto único para evitar las restricciones del Tribunal Constitucional. JxCat sigue insistiendo, con cierto cinismo, en que la intención es ‘agotar el compromiso de Puigdemont dentro de la ley’, defienden en su grupo parlamentario.

La investidura: solo el primer problema. Luego vendrán los demás…

Pues sí; la investidura no es el último problema, sino tan solo el primero. Salvado ese escollo, que sería mucho decir, las incógnitas se centrarían en la toma de posesión. La ley de Presidencia establece en su artículo 5 que el president, ‘una vez investido por el Parlament, es nombrado por el rey’. Un nombramiento que debería ser publicado en el Diario Oficial de la Generalitat y que tendría efectos a los cinco días del nombramiento.

Más ‘líos’ a la vista -que diría el bueno de Rajoy- para Puigdemont y los suyos y para el Gobierno central. Si se llega a investir a Puigdemont… ¿podrá después gobernar el día a día? No parece probable. Gobernar telefónicamente Cataluña desde un hotel de Bruselas es tan absurdo como cuando los nacionalistas acusan a ‘Madrid’ de querer gobernar un ‘país soberano’ como Cataluña a 600 kilómetros. Una locura. Se impone en los últimos días una solución que JxCat pretende hacer tragar a una cada vez más distanciada y cauta ERC: una suerte de ‘presidencia honorífica’ con un ‘Conseller en Cap’, como lo fue Mas para Pujol, que sería quien ejecutaría el día a día. Elsa Artadi se perfila como una opción probable para esa función, si este escenario llegara a ser el real.

Otras opciones son que Puigdemont renuncie, cosa harto improbable, en cuyo caso Artadi tendría el camino aún más franco o que ERC  (haciendo imposibles equilibrios entre las presiones de su electorado nacionalista y sus negociaciones por debajo de la mesa con el Gobierno de Rajoy, que le ve como la opción menos mala en quien apoyarse) dé un puñetazo en la mesa e imponga un candidato propio, desligándose de los compromisos que mantiene con JxCat. Tampoco descartemos que, ante este galimatías de casi imposible resolución, el Parlament tenga que ser disuelto y vayamos a unas nuevas elecciones.

El refugiado marca los ‘tempos’… de momento

De momento, Puigdemont ha sustituido sus prisas por una conveniencia en que -ahora- los ‘tempos’ sean más lentos. Mañana lunes tiene previsto llegar a Copenhague para impartir una conferencia en la Universidad sobre la situación en Cataluña y el martes 23 ser recibido en el Parlamento danés. La Fiscalía ha desempolvado la euroorden y el ministro del Interior ha advertido de su detención inmediata si traspasa la línea roja de la legalidad: ‘Inmunidad no quiere decir impunidad’, ha remachado un firme Juan Ignacio Zoido.

Las malas relaciones entre los dos socios independentistas, otro factor a tener en cuenta.

Desde luego, las aproximaciones entre JxCat y ERC sobre la composición del Govern, auguran problemas. El punto de partida es un reparto a medias, pero es una tarea casi imposible.
A Puigdemont le encantaría contar con los mismos mimbres que hasta ahora, pero ahí tiene otro problema porque muchos, temerosos de más problemas penales, ya han dicho que dan un paso atrás: Meritxell Borràs, Joaquim Form y Dolors Bass, además de Carles Mundó, cuyo nombre por cierto llegó a sonar también como candidato alternativo a la presidencia, por parte de ERC si tal opción se considerara, como ya he dicho. Raul Romeva, que esta semana ha ejercido de portavoz de ERC en el Parlament, tampoco tiene clara su continuidad. Todo un galimatías, en fin, a la espera de ver como cada uno de los actores de esta partida juega sus cartas: Puigdemont, el resto de la familia independentista, el Gobierno central y la administración de Justicia, tanto la Fiscalía como el Tribunal Constitucional

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