PUIGDEMONT, FORCADELL AND THE FAKE REPUBLIC

PUIGDEMONT, FORCADELL AND THE FAKE REPUBLIC

Dos meses y medio después de aquellos primeros días de septiembre en los que la ilegal máquina independentista se puso a funcionar, alumbrando leyes mulas jurídicamente, declarándose en abierta rebeldía contra el régimen constitucional vigente desde 1978, provocando una inédita e inexplorada -pero a la vez inevitable- aplicación del artículo 155 de la Carta Magna por parte del Gobierno central, tras la huida a Bélgica del  president de esa fantasmal República, el encarcelamiento de exconsellers y una ruptura como nunca se había vivido en la historia de Cataluña…¿qué nos queda?

Nos queda la cruda realidad: la del engaño y la mentira. El independentismo, a pesar de la multitudinaria manifestación vivida este sábado, está claramente desinflado y desprestigiado. ¿Tanta ‘lucha’ para llegar a la osadía de declarar una DUI ilegal y tras la cual no había nada? Porque ese es el resultado:
Más de dos millones de catalanes engañados…
Un ‘Gobierno’, que ya no lo es, que nunca ha sido, huido o encarcelado.
Una presidenta del Parlament, antigua agitadora callejera, que reniega de toda la obra de la cual ha sido una de las claves de arco y que ahora afirma que solo era’ virtual, simbólica’ para no ir a prisión…
Una ‘actividad legislativa’ inexistente…
La ruina económica, con más de 2.400 empresas ya ‘exiliadas’ de Cataluña…
… ¡y ni un solo país dispuesto a reconocer a una República que ha existido solo en el ideario de muchos ciudadanos que se han creído una utopía creada por el egoísmo de políticos que no han estado al altura de su gente, unos ‘jetas’ ansiosos únicamente del lucro personal y recipendiarios de la rechifla internacional!… ¡menudo balance!

Alguien debería decirle a Carles Puigdemont -títere de poderes que siguen manejándole hasta que deje de ser útil a los que llevan décadas engrasando la fabulosa máquina de hacer billetes del independentismo Catalán desde 1977- que, si tras su ‘tocata y fuga’ belga, le quedaba en ciertos sectores un ápice de respetabilidad, la ha perdido por completo, pasando a convertirse en un personaje para muchos casi circense:
Puigdemont y sus paseos -vigilados policialmente- en la fría Bruselas, pagados con dinero público…
Puigdemont y su anticuado abrigo, más propio de un espía de medio pelo de la extinta ‘Guerra Fría’ en la RDA que de un político europeo moderno…
Puigdemont y su ‘Gobierno en el exilio’, que al final ha resultado no ser más que una cuenta de Twitter…
Una pena; pero no tanto para él como para dos millones largos de catalanes que confiaron en él y en su irrealizable plan. Algunos ya se han dado cuenta… otros aún no se han caído del caballo.

Tal vez todo esto Mariano Rajoy lo sabía; o tal vez ni en sus mejores sueños imaginara que la jugada le iba a salir tan redonda. Da igual; en política, como en la vida, lo importante al final es el resultado, no tanto el camino recorrido, siempre que este sea honorable, como es natural.

YA EN PRECAMPAÑA:
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Dicho lo cual, el horizonte preelectoral está más abierto e incierto que nunca. La primera duda es la de si el bloque independentista sumará al menos 72 escaños (mayoría absoluta) en la Cámara autonómica, única válida, o no. Esto dependerá mucho de qué lado inclinen el platillo los comunes de Ada Colau. Me temo que no lo harán enteramente ni del uno, ni del otro. Este fin de semana, coincidiendo con la manifestación en Barcelona de lo que queda del independentismo, la alcaldesa, “emperatriz de la ambigüedad” como la llamó Josep Borrell, repartía ‘estopa’ por igual a unos y a otros. Del cesado Govern decía Colau, y con razón, que son responsables de haber engañado al pueblo con una DIU y una presunta República irreal, que no ha alumbrado ni un decreto… unos consellers que después de ello han desaparecido. Literalmente. La reflexión es impecable, aunque a partir de ella quepa matizar la propia ambigüedad en la que se mueve Colau y que, en algún momento acabará por pasarle factura… o no.

De los restos del PdCAT, antigua Convergencia, poco puede decirse. Tal vez que su única baza para sobrevivir con dignidad sea la de conseguir una lista única con ERC y la CUP que, a día de hoy, parece ya imposible. ERC será la gran beneficiada, y lo sabe. Tengo ya repetido que, desde mi punto de vista, tanto Junqueras como el resto de Consellers harán campaña en la calle y no desde una prisión. Y que recibirán un chorro de votos, aunque después de la ópera “buffa” de Puigdemont y la ‘espantada’ judicial de Forcadell, su ideal esté más herido de muerte que nunca.
No es baladí considerar la posición en la que quedan Iceta y su PSC, a mi entender uno de los probables grandes beneficiados del próximo 21-D… siempre que sepa jugar bien sus cartas. Está por ver qué factura le pasa su alianza con los herederos políticos de la derechista y democristiana Unió, formación plagada de escándalos de corrupción que acabaron en los tribunales.
Respecto a Ciudadanos, su líder, la brillante Arrimadas, solo parece tener que sentarse a esperar que pasen varios cadáveres políticos frente a su puerta… ¿seguro? Si los mal llamados “constitucionalistas” suman mayoría tras el 21 de diciembre, podría tener muchísimas papeletas para ser la futura presidenta de la Generalitat. Si no, por brillante que sea el resultado electoral de los naranjas…se quedará donde está: como líder de la oposición.

En cuanto a García Albiol, presidente de los populares catalanes, parte desde una posición de liderazgo como este partido no había conocido en Cataluña desde los tiempos de Vidal Quadras. Pero no está claro que ello vaya a servirle de mucho en el futuro puzzle parlamentario catalán porque buena parte de su espacio político fue fagocitado por Ciudadanos hace ya años. Tal vez mejorar en uno o dos escaños su actual marca de once asientos en el Parlament. Escueta cosecha para un líder que ha trabajado tanto -y tan bien- en la dirección que quiere su electorado catalán y del resto de España. El PPC ya ha insistido en la necesidad de que Mariano Rajoy se implique cuanto le sea posible en la campaña. ¿Será esto un arma de doble filo para los populares catalanes? ¿Es el presidente del Gobierno, a día de hoy y tras la aplicación del 155 de la Constitución, realmente un activo electoral? Dicho en otras palabras, Rajoy… ¿suma o resta? También habrá que verlo.
Apasionante terreno de juego para los estrategas políticos y expertos en comunicación. De lo único que no cabe duda es de que la campaña será muy reñida y sus protagonistas tendrán que pelear… voto a voto.

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