Si a alguien le ha parecido sorprendente la comparecencia de hoy en sede parlamentaria del extesorero del PP, Luis Bárcenas, su negativa a responder prácticamente a todas las preguntas de los diputados de la oposición y su cambio de actitud respecto a las amenazas del pasado de ‘tirar de la manta’
y llevarse por delante a la cúpula del principal partido de España y a su máximo responsable, a la sazón presidente del Gobierno, es que aún no se ha enterado del país en que vive. Y de cómo la verdad -que yo me resisto a etiquetar como ‘verdad política’ o ‘verdad judicial’ porque verdad no hay más que una- se puede llegar a retorcer, a ‘manosear’ o a ‘adaptar’ en función de las conveniencias particulares de quien la esgrima. En este caso de las conveniencias de Luis Bárcenas y sus “amigos”. Esto es así desde Maquiavelo y no parece que vaya a cambiar, por más siglos que transcurran.
Un Bárcenas silencioso… aunque igualmente arrogante
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Vayamos por partes. El Bárcenas de hoy, fue una suerte de BÁRCENAS EN ‘B’. No era, ni mucho menos, EL EXTESORERO DE LA CARA ‘A’, el que hemos estado acostumbrado a ver en los primeros años del estallido del caso de corrupción política que lleva su nombre. El Bárcenas chulesco, arrogante, retador… el que había sido dueño durante años de la llave de la potencial ‘Santa Bárbara’ del PP y al que, si le venían mal dadas judicialmente, tiraría de la manta y trataría de hacer caer incluso al propio presidente del Gobierno. Los últimos meses han ido modulando el empuje del personaje hasta convertirle, no en un corderito, pero sí en un tipo pragmático y utilitarista, del que no sabemos si ha pactado ya con el fiscal pero que, aparentemente, sí lo ha hecho con los dirigentes actuales de su partido.
Solo en esa clave puede entenderse su silencio parlamentario de hoy. Los representantes del PSOE, de Ciudadanos, de Podemos, se enfrentaban contra un muro, que devolvía con una mueca de silencio y desprecio todas y cada una de sus acusaciones. El famoso ‘Luis el Cabrón’, que así le llamaban sus compinches de la presenta trama, ni siquiera se molestaba en esbozar un tímido ‘no lo recuerdo’, ‘no me consta’, sino que daba la callada por respuesta. Una ‘callada’ que rompía solo a veces, como cuando acusaba al diputado Cantó de actuar como ‘si estuviera en un teatro’, a lo que Cantó respondía que Bárcenas a cambio se comportaba ‘como en el saloon de un western’. Muy edificante para una ciudadanía que, en algunos casos, sigue llegando con problemas a final de mes. Con la portavoz de Podemos, Irene Montero, se permitía incluso la ‘machistada’ de espetarle: A los buenos días sí le voy a contestar’, ahuecando algo la voz y sacando pecho.
¿Qué pesa más? ¿Lo que dijo Bárcenas al principio de todo este escándalo… o la versión, en algunos casos contradictoria, que mantuvo hoy mismo ante la comisión parlamentaria? ¿A qué Bárcenas nos creemos? Porque hay que elegir… entre el silencio retador de hoy frente a la locuacidad acusadora de hace cuatro o cinco años. Hoy, su contabilidad ‘B’, sus archifamosos papeles no son más que anotaciones ‘de tendero’. Otrora eran la contabilidad ‘B’, el dinero negro, del partido que sustentaba el Gobierno de la nación.
¿Tirar de la manta? Nadie se ha atrevido…¡en 40 años!
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La historia de la reciente -y a veces supuestamente corrupta- democracia española está plagada de tipos como Bárcenas. Gentes que iban a ‘tirar de la manta’, como Luis Roldán, pero que luego se tragaron 10 o 15 años de cárcel y hoy, ya libres, embocan el final de su vida canosos y con la boca cerrada… que el poder de la maquinaria del Estado -lo sabemos desde Hobbes- puede llegar a ser terriblemente demoledor. Aunque hay quien afirma, también con razón, que penan con un cuarto de su vida en prisión pero nunca llegan a devolver lo robado, lo cual también es cierto. Amedo, en el pasado o Granados, en el presente, podrían ser otros dos ejemplos más. Hay decenas como ellos.
Las ‘fases’ de Bárcenas
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Hubo una primera época en la que Luis Bárcenas era ‘el innombrable’: ‘Esta persona ya no está en el PP’, repetía hasta la saciedad Mariano Rajoy. En una segunda, Bárcenas pudo escuchar que era ‘un mentiroso y un sinvergüenza’, en palabras de Dolores de Cospedal. O aquel, ‘me da un asco que no puedo ni verlo’, de Javier Maroto. No fue ajeno al endurecimiento del discurso contra el extesorero por parte de los dirigentes populares el conocimiento público de aquel mensaje, el famoso ‘sms’ de Rajoy a Bárcenas que publicó el diario El Mundo: ‘Se fuerte Luis. Hacemos lo que podemos, pero nada es fácil’… El presidente tuvo que dar explicaciones por aquello ante el pleno del Congreso. Y a muchos no convenció.
Los juegos de despiste y las estrategias cambiantes, no han correspondido solo al PP. El propio extesorero, como trato de explicar desde el principio del artículo, ha ido variando de actitud, tal vez pensando en minimizar las consecuencias judiciales contra él y tal vez también porque ha ido cambiando de letrados en varias ocasiones.
De por medio quedan incidentes nunca explicados: las tres gravísimas ‘indisposiciones’ intestinales del extesorero en su estancia en prisión o el asalto que sufrieron su mujer, Rosalía, y su hijo en su domicilio particular por parte de un falso sacerdote. ¿Advertencias del poder? Puede ser…
El infierno judicial que espera al PP
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El próximo 26 de julio, Rajoy se sentará delante de los jueces de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional para declarar como testigo, en el marco de esta primera fase de la ‘Gürtel’. Tras él declararán Naseiro, Sanchís, Alvaro Pérez, Esperanza Aguirre, Francisco Camps… lo que se dice caza mayor, vamos…
A partir del 15 de septiembre, arranca la segunda fase de este escándalo de corrupción Recuérdese que lo que se está viendo hasta ahora es tan solo la presunta financiación irregular entre los años 1999 y 2005. Dicen quienes saben de los intríngulis del PP que lo más fuerte, presuntamente, llega a partir del 2006. En octubre se comienzan también a ver judicialmente los casos ‘Púnica’ y ‘Lezo’. No es un buen panorama para afrontar un otoño que, políticamente, la elección de Pedro Sánchez en vez de Susana Díaz al frente del PSOE, habían puesto ya más que complicado para un Gobierno del PP y para un Rajoy que habían previsto una legislatura, en principio, tranquila. Estaremos muy atentos a la pantalla…¡y a los juicios!