PATXI LÓPEZ. EL ÁRBITRO GANA LA PELEA

PATXI LÓPEZ. EL ÁRBITRO GANA LA PELEA

Quienes esperaban un debate a dos entre Susana y Pedro, Pedro y Susana, se han equivocado de medio a medio. Como suele suceder en estos casos, el tercero en discordia también juega…..¡Y  en este caso, GANA! Patxi López, consciente de su debilidad numérica  -en porcentaje de apoyos- optó desde el principio por hacerse un hueco con un discurso sólidamente construido, sin fisura. Nada de retórica fácil y mucho sentido común.  Un relato de lo que debe preocupar al PSOE para recuperar la preeminencia perdida. Ninguneado por todos desde el principio de esta contienda para el liderazgo de Ferraz, López ha sido el único que de verdad se ha hecho eco del peligro del PSOE, de dividirse o quedarse en nada como ya ha pasado en Holanda, Francia y probablemente pase en Reino Unido. Políticas fiscales, estado del bienestar, mejora económica… ¿para quién? ¡Qué buen discurso si tuviera más compradores!

Un argumentario, el de López,  en el que, desde luego, lo último que cupieron fueron las descalificaciones personales. Los puyazos. Los ataques frontales y el ‘cuerpo a cuerpo’. Eso, el exLehendakari, lo dejó para los dos ‘gallos’ del corral. Algún analista dijo, al término del debate: ‘Estos dos (Díaz y Sánchez) venían a hacerle un ‘sandwich’ a López y si se descuida Pedro, se lo hacen a él entre el ‘vasco y la andaluza’.

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Por ir circunscribiendo el análisis, puede decirse que comenzó habiendo dos debates clarísimos; el de Pedro y Susana y el de Patxi, colocado en el atril de en medio, con los demás. Aunque conforme iban pasando los minutos, la verdad, se iban notando ciertos ‘mimos’ entre Patxi López y Susana Díaz. Se les veía cómodos, en el mismo terreno de juego, compartiendo críticas, al alimón, contra Pedro Sánchez. ¿Había pacto previo? Tal vez no… o sí. Ya lo sabremos, en función de cuál sea el resultado el próximo día 21.

Las debilidades de Sánchez

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Del madrileño solo se puede salvar la última media hora del debate. Ahí dejó los nervios que le acompañaron durante las tres cuartas partes de la lucha dialéctica y esa sensación que cundió en buena parte de los periodistas congregados en Ferraz de que la suya estaba siendo la intervención menos preparada. Sánchez, que venía de una campaña, hasta la fecha, pletórica y de un paseo triunfante por toda España, rodeado de militantes que día tras día han ido motivándose al son de una posible y al principio inesperada victoria, tuvo, al menos tres debilidades que fueron muy bien aprovechadas por sus contrincantes… sobre todo por Díaz: dudó en la definición de ‘nación’. Algo nuclear. Ahí fue López quien le llevó al rincón y Díaz quien le remato: ‘ Mi idea de España la conoce todo el mundo, Pedro. La tuya es cambiante’, le espetó en algún momento la andaluza.

La segunda debilidad del exsecretario General fue la acusación que contra él vertió Susana Díaz de haber perdido la confianza de todo el mundo: de la mayoría de su Ejecutiva y de los expresidentes González y Zapatero. ‘No eres fiable, Pedro’, le insistió Susana. Y, enlazando con esta, la tercera debilidad: ‘Yo podría estar incluso de acuerdo contigo, Pedro. Pero es que no sé lo que vas a decir mañana’. El exsecretario General, besaba la lona. Susana fue tremenda en sus ataques a Sánchez cuando le insinuó que cambia de ideas según le conviene y que el partido que quiere es el que le haga ganador. Sánchez, frente a las embestidas estuvo a punto de claudicar víctima casi designada de un plan bien preparado contra el.

Sánchez devolvió las andanadas… al final

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Se vino arriba Sánchez en el último tramo del debate. Dejó los nervios a un lado y tiró de corazón, pero con buen argumentario, cuando dejó una frase para el mármol que, tal vez, fue la bofetada más demoledora que recibió Susana Díaz: ‘Que sea la última vez que un secretario General tiene que dimitir por cumplir la palabra dada’. Sencillamente demoledor. Ya no había tiempo para la réplica de la andaluza y la sentencia quedaba para la historia.

En el fondo, todo el debate entre los dos aspirantes con mayores opciones de llevarse el gato al agua pueden resumirse en pocas ‘ideas-fuerza’ pero eficaces: Pedro Sánchez insistió, ‘again, and again, and again’ en que la abstención a Rajoy iba contra el mandato y la propia esencia de una fuerza que aspira a seguir siendo de izquierdas como el PSOE. Y Susana Díaz repitió hasta el infinito que el PSOE está en esta situación por los fracasos electorales de Sánchez: ‘Si no tuviéramos 85 escaños, no estaríamos aquí’. Todo muy sazonado con constantes críticas a su falta de fiabilidad. Hasta López, en un momento dado y con cierta gracia, denunció amargamente de la falta de ideas del madrileño: ‘ vienes a robarme las mías’, se quejó el exLehendakari.

Patxi López ha sido el ganador de este debate. Lo digo de forma clara y contundente. Es verdad que sus posibilidades de alzarse con la victoria el domingo son casi nulas, pero también está claro que el secretario general de un partido tiene que tener las ideas muy claras sobre como unir el partido en todos sus ámbitos, y Patxi es el único que parece tener claro como hacerlo o por lo menos de donde empezar. No nos olvidemos que ser Secretario General no quiere decir ser candidato a unas elecciones generales, aquí lo que se juega el PSOE es mantenerse unido….¡luego se verá!

Al final del debate, queda la sensación clara y nítida de un partido totalmente dividido. De dos personalidades políticas, las de Sánchez y Díaz, irreconciliables…. y la de un futuro, el del PSOE, que el día 21 de mayo tampoco tendremos claro. La travesía del desierto que espera a esta formación política está todavía muy lejos de acabarse y el partido está completamente abierto. El domingo por la noche sabremos como ha acabado esta lucha… o ‘primer round’, como prefieran. Luego, el Congreso Federal nos despejará más incógnitas.

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